Rosebud no explicaba al Ciudadano.
Sigue siendo solamente un Individuo.
Eso es lo bueno: es inagotable.
Como ocurre con todo el buen cine.
Como ocurre con la vida.
Crítica y opinión de cine y series.
En realidad esta película no es una historia
apocalíptica. Es la historia de 5 amigos que se juntan después de 24 años para
intentar lo que nunca consiguieron: hacer la Milla Dorada. 12 pubs: El primer correo, El viejo conocido, El
gallo famoso, Las manos cruzadas, La buena compañía, El sirviente fiel, El
perro de dos cabezas, La sirena, La colmena, La cabeza del rey, El hueco en la
pared y El fin del mundo. Copio los nombres porque me gustan los pubs
británicos. E irlandeses. Y escoceses. Y galeses. Así queno va del fin del mundo. Hasta que en el minuto 36... Simon Pegg y Nick Frost
vuelven a unirse para una de sus geniales marcianadas. Muy bien acompañados por
Paddy Considine, Martin Freeman, Rosamund Pike y Pierce
Brosnan. Con peleas muy divertidas, bien filmadas, bien montadas. Curiosa la sangre azul. Con ese sencillo
recurso eliminan cualquier toque de supuesta violencia morbosa que pudiera
haber y todo es diversión. Sólo digo esto: si te gustó Zombies Party te encantará Bienvenidos al fin del mundo.
1. Desconcertante The Good Wife en este tramo. No lo malinterpretes. Puede ser
para bien. Nuevas derivas. El nuevo abogado de L.G., el juez que invita a café
a Alicia, Florrick/Agos que sigue sin asentarse... 2. Dicen que Richard Gere despertará
de un coma en la película Old Fires.
Espero que un día lo haga no sólo en la ficción, sino en el mundo real. Porque
digan lo que digan todas sus innumerables fans, casi está agusanado. 3. Típico de Disney. Alicia en el País de las Maravillas dio dinero, así que hará
una segunda parte. Sin Tim Burton tras la cámara (hace muy bien en
bajarse de ese carro) no le veo ningún futuro. 4. J.
R. R. Tolkien (reverencia) será el título de la película que cuente la
vida de J. R. R. Tolkien (reverencia). Ay. Esto puede ser verdaderamente
doloroso.
Creo que es la cuarta vez que la veo y
siempre le encuentro algo sobrecogedor. Aunque conmigo estaba alguien que la había
visto unas 25 veces. Recuerdo que la primera vez fue un choque.
Tenía la sensación de estar viendo La Odisea o La Ilíada o algún cuento perdido
de la mitología griega. John Ford estaba rodando la
mitología del Oeste, un espacio donde se necesita ser algo más que humano, un
semidiós, para sobrevivir. Los personajes van, vienen, deambulan,
conocen gente, la pierden, se reencuentran. Una manada de bisontes puede enloquecer
al mismísimo John Wayne como si fuesen sirenas y Helena de Troya se
llama Natalie Wood. No pretendo establecer paralelismos. Es sólo
el aroma, el ambiente, un hálito. Es la historia de unos tipos movidos por una
obsesión. No importa que esa obsesión sea elevada o rastrera. Da igual. Es lo
que les impulsa y ningún obstáculo importa. Morirán en el intento. -Un hombre sólo puede hacer un juramento en
su vida.
50 años. 33 temporadas. Y que cumpla muchos más. Me encanta. Me lo paso genial. Tanto que no
entiendo porque hay que gente que no la ve. En este capítulo estuvimos en las Guerras
del Tiempo, conocimos a la Reina Isabel I, tres doctores estuvieron juntos
durante largo tiempo, vimos a los 12 juntos en un plano final, una batalla
galáctica para el consumo en 3D junto a los zygons con su aire retro de serie B.
Vimos a la Chica Lobo y a la Chica Misteriosa. Todo junto y revuelto. Allons-y y Jerónimo. Mezclado pero no
agitado. No hay una serie que pueda darte más. Hay series autorreferenciales. Pero en Doctor Who las autorreferencias son
otra cosa. Están a otro nivel. Pertenecen a una lógica interna que carece de
sentido, pero en la que es lícito preguntarse, como John Hurt, la
posibilidad de que sí lo tenga. Me gustó la andanada divertidísima contra
Hollywood. -Piensa en ello. ¿Americanos con la
capacidad de reescribir la Historia? Ya has visto sus películas.
Katniss Everdeen está magullada, golpeada,
desfigurada, medio ahogada. Pero sigue en llamas. Cada vez más
incendiada. Y su fuego se propaga. Como el canto rebelde
y el símbolo del sinsajo. Más dramática, más intensa y con más tensión
que la primera parte. Mucho mejor dirigida por Francis Lawrence. Sobre
todo porque la primera hora es una lectura socio-política que no aburre en
ningún momento. Y porque el metraje dedicado a los juegos en sí, tiene su
justificación. Para eso está Philip Seymour Hoffman.
El tío que es capaz de ponerle rostro al Bien, al Mal, a la Ambigüedad y a toda
la paleta de Grises Intermedios. Sin que sepas qué carta está jugando en cada
momento. Katniss Everdeen es una chica que se ha
convertido en esperanza, en símbolo. El problema es que ella es la última que
se ha dado cuenta. No me esperaba que una secuela, que además
repetía los juegos de por medio, pudiese ser mejor que el original. Pero lo es. -Recuerda quién es el verdadero enemigo.
Para mí, Cuentos de Tokio, es una de las cimas del cine mundial. Una
película de una delicadeza y una sutilidad que te deja noqueado. Y te habla de
todo (todo) lo que de verdad importa. Así que mi encuentro con Una familia de Tokio es un
encontronazo. Yamada es un buen director.
Es verdad. Y, además, tiene sensibilidad. Es verdad. Pero creo que nunca podré
decir que es un gran director porque no tiene imaginación. Al menos por lo que
hemos visto por estas latitudes. Lo mismo digo de su trilogía del samurái (El
ocaso del samurái, La espada
oculta, Love and Honor).
Buena trilogía, sensible e incluso inteligente. Pero no lo neguemos: son remakes. Y Una familia de Tokio vuelve a ser un remake. No es coherente ni justo criticar a
Hollywood porque hace remakes y a Yôji Yamada
alabarle por el mismo motivo. Si a alguien le molesta el término remake que lo sustituya por muy inspirado en. Mientras Yamada no realice algo
personal, algo original, mientras no corra riesgos, no podré decir que es un
gran director. Y tiene más de 80 años, el chaval. Personalmente, si uno ha visto Cuentos de Tokio, la presente
película no le aporta nada, excepto la satisfacción de saber que alguien más se
se sintió muy a gusto con la original y la disfrutó.
1. The
Killing ha muerto, viva The
Killing. Por segunda vez, cuando estaba considerada como terminada,
vuelve. En temporada corta y de nuevo Netflix. 6 capítulos que vendrán muy bien
para cerrar la flipante escena final de la temporada 3. 2.
The Night of the Doctor. Miniepisodio de 6 minutos. Aperitivo de ese
que todos veremos pasado mañana. Si eres whovian
te encantará. Steven Moffat ha puesto todo patas arriba para dejar las
cosas ordenadas. 3. Almost
Human. Episodio piloto. Demasiado Blade Runner de serie B (estética urbana, jugueteos con la
memoria) pero poca chicha. Bueno, es el piloto. Veremos. 4. Premio de la semana para el mejor
moribundo secundario a William Sadler. La semana pasada se moría dos
veces. Una en The Blacklist
1x08 y otra en Elementary
2x08. Imagino que se le da bien o que la práctica ayuda.
Ha sido un placer conocer a Lucy
Ricardo/Lucy McGillicuddy/Lucille Ball. Hay de todo. Incluso capítulos muy malos de
los que seguro que eran conscientes. Repetían el esquema de otros capítulos que
les habían funcionado en temporadas anteriores. A ver si colaba. El ritmo de producción era brutal y se ve
que, cuando estaban secos, tiraban de lo primero que tenían a mano. Pero su influencia para cualquier sitcom es innegable. Hace poco, en una
serie (mucho peor que I Love Lucy)
los protagonistas criticaban su humor por ser demasiado obvio. Bueno, tal vez
fue necesario ese humor obvio para llegar al portentoso humor inteligente que
destilan ahora. En cualquier caso, desde que veo I Love Lucy me he dado cuenta de que
al menos en tres series más la mencionan. Por algo será. El capítulo 6x20, Lucy baila tango, sigue ostentando el récord de carcajadas con
público presente en el plató. Tuvieron que tirar la mitad del metraje porque
Lucy alargaba la gansada. Lucy bailaba tango con varias docenas de huevos
dentro de la camisa. Y, sí, puede ser un humor obvio. Pero no
muchas series pueden presumir de que Orson Welles se dignase a hacer
acto de presencia (6x03). Incluso con su regia pose shakesperiana no podía
evitar reírse en algunos momentos ante las patochadas de la actriz.
David Tenant es el mejor abogado de
Londres. No ha perdido ni un caso. Un tipo, acusado de cometer un crimen
especialmente sádico, le contrata y David Tennant logra la absolución.
El tipo, en agradecimiento por los servicios prestados, mata (sádicamente) a la
mujer del abogado. Ahí tienes. Un tío que sabe tener detalles.
Sólo que Tennant quería a su mujer y, lógicamente, se enfada. 3 capítulos. Una historia maja con sus
revueltas simpáticas. Pero sin más. Un caso policiaco o de suspense largo, con
el telón de fondo del derecho británico y sus pelucas. Sugerente a ratos, incluso tensa en algunos
momentos. Se agradece si no tienes otra cosa entre manos, pero es bastante
prescindible.
En primer lugar los personajes. Un par de
frases, una situación singular y quedan definidos. -Mi esposa se me apareció en sueños y me
avisó que vendrías. Addison (Eric Bana) y Liza (Olivia
Wilde) huyen con el botín de un casino hacia Canadá, las cosas se complican
y conocen a gentes de la frontera en una noche de ventisca. Y eso lleva al siguiente punto, ese aroma a Fargo. Pero sin humor. Kate Mara
es la única mujer policía y los varones la desprecian. Pero siempre es la que
más cerca está. Y están Chalie Hunnam (boxeador que acaba de salir de la
cárcel) y sus padres Kris Kristofferson y Sissy Spacek. El factor romántico de una noche que tantas
cosas va a implicar me parece inverosímil. Especialmente la brusca evolución de
Liza. Aunque no seré yo quien diga que entiende a las mujeres. Quizá como no esperaba nada de ella me
resultó muy entretenida. Y dirigida con buen ritmo.
-Se hace la longuis. Más drama que comedia en esta ocasión. Jasmine, que siempre ha nadado en dinero,
tiene que irse a vivir con su hermana, cajera de supermercado. El esposo de
Jasmine, metido en estafas inmobiliarias, acabó en la cárcel. Y seguimos a Jasmine, la vida con su hermana
y, en flashback, los momentos que
desembocaron en la ruina. Cate Blanchett
está descomunal. Inmensa. Portentosa. En serio. No es una exageración. En está
ocasión ella es Woody Allen. Tartamudeando, hipocondríaca, tomando
pastillas, inconteniblemente verborreica. Pero hay más porque es más que Woody
Allen cuando habla con los sobrinos (alucinante en esa secuencia de la
cafetería) o cuando explota con Alec Baldwin o en el monólogo a solas
del final. Y Sally Hawkings, aunque no tenga
tantos registros, da también su recital. Un guión que, pese a la aparente ligereza,
está trabajadísimo. La psicología de Jasmine es una de las más ricas que ha
escrito Allen. -A veces no puedo respirar. Y cuando al fin
puedo, me entra miedo. Y es peor.
Michelle Pfeiffer,
descontenta con el supermercado, encuentra un interesante uso a una bombona de
gas y una botella de alcohol. Dianna Agron, la hija, utiliza una raqueta
de forma novedosa para mostrar a unos adolescentes su desacuerdo con el
machismo. Y John D'Leo, el hijo, trapichea que da gusto construyendo un
negocio desde un cromo inicial. Todo esto porque Giovanni Manzoni, el padre,
Robert de Niro, es un mafioso en protección de testigos en un pueblecito
de Normandía. La primera película que me gusta de Luc
Besson en 19 años. Y casi lo mismo de Robert de Niro. Aun así no
sería gran cosa de no ser por esa magnífica secuencia final de 20 minutos de
tensión, muy lograda, bien planificada, intensa. También está bien la escena en que Tommy
Lee Jones y Robert de Niro ven Uno de los nuestros. Una macarrada divertida.
1. Hasta el 17 de julio de 2015 no se
estrena Batman vs. Superman. Y
ya están planeando una película con Batman,
Superman y Wonder Woman. Otro intento de hacer
algo con la Mujer Maravilla
con la cara de Olga Kurylenko. 2. Sigo Sleepy Hollow a saltos. Uno sí, uno no. Pero en el 1x06 salía John
Noble y eso no puede omitirse fácilmente. Él es el Devorador de Pecados. Un
papel pelín excéntrico. Qué raro, ¿no? Aunque, bueno, todo es excéntrico en Sleepy Hollow. 3.
The Good Wife. 5x07.
Lockart/Gardner 2, Florrick/Agos 0. Pierde Alicia. Me parece bien. Los nuevos son vulnerables y es lógico.
Llegará la revancha y la remontada. Pero, ¿no te matan los nervios? 4. Se ha terminado la cuarta temporada de Downton Abbey y no he visto ni un
capítulo. Y no es por falta de ganas. Porque el universo cotilla de internet me
ha contado cada cosa...
Una locura. Espías coreanos del norte, coreanos del sur,
israelíes, árabes, rusos, americanos, alemanes... Comienza con una compra de armas en la que
unos participan y otros escuchan. A partir de ahí la cosa se convierte en un
pequeño delirio de nombres de gente y agencias de espionaje, una trama compleja
y retorcida que, poco a poco, se limpia de impurezas hasta dejarla reducida a
una trampa, un objetivo y cuatro personajes fundamentales. Ryoo Seung-wan dirige con el habitual vigor
coreano, con el estilo hollywoodiense perfectamente asumido y con su propio
estilo. La película avanza a un ritmo de locura. Aunque haya cosas que no
entiendes, no pasa nada. Todo cobrará sentido. Pese a la apariencia, termina por ser
bastante simple. Aunque vista la escena final, esto no ha hecho más que
empezar. Y es que, para los coreanos del sur, la guerra fría aún no ha terminado y siguen teniendo como vecinos a los comunistas.
Ni tan buena como debería ni tan mala como
me esperaba. El libro es un clásico de la ciencia-ficción
y, quienes nos convertimos en fans apenas lo leímos, no tenemos la perspectiva
adecuada para contemplar una peli que, por algunos aspectos, es inadaptable a
la pantalla. Esas conversaciones, el uso de la palabra
para atraer, convencer, manipular, levantar una reputación o hundirla, se pierden
por entero en la película. Y supongo que sería impropio introducir tan largas
parrafadas. Orson Scott Card se anticipó bastante a su tiempo con la
idea de los foros, las redes sociales, la importancia, también, de la palabra
escrita para crear opinión a nivel global. Lo que más echo de menos es la presencia de Locke y Demóstenes, ausentes por completo en la película. Cuestión fílmica: la novela es para
jóvenes-adultos. La película es una aventura para adolescentes. En ese sentido
supongo que funciona bien. Me entretuvo, a ratos me lo pasé bien pero, no lo puedo negar, esperaba algo más..
1. Después de una larga historia con
altibajos se estrena La cabaña en el bosque. No es la primera vez que es el fenómeno de los fans se impone sobre cualquier calidad objetiva. 2. Me gusta el lema de Helix. Juega a ser Dios. Paga el precio. 3. Llegó El día después a The Good Wife. Lockart/Gardner 1,
Florrick/Agos 0. Tenía mis dudas acerca del desarrollo de una situación tan
compleja como la que nos habían dibujado. De momento va bien. Y Diane, la mujer
de la carcajada, llora. 4. Ya me pareció raro que una película tan
elemental como Objetivo: La Casa
Blanca tuviese una réplica paralela en Asalto al poder. Pero resulta que Objetivo: La Casa Blanca tendrá una secuela en London Has Fallen. Se ve que las
ideas originales andan muy caras.
Demasiado francesa. Burguesía progre con su casa rural. Y
conflictos de burguesía progre con su casa rural. A ellos les pueden parecer unos
conflictos tremendos pero son bastante poca cosa. O son graves, según como se
mire, pero ellos se lo han buscado con su visión de burguesía progre con su
casa rural. La película es agradable, simpática y llena
de buen rollo. Seguimos las peripecias de Bettie que es Catherine Deneuve.
Catherine Deneuve es mucha Catherine Deneuve hay que reconocerlo.
Y, a diferencia de las actrices americanas, ha sabido evolucionar con el
tiempo. Aquí es Bettie, sesentona que un buen día
agarra el coche sin saber muy bien a dónde va para olvidar un mal de amores. Y
en el viaje pasan cosas. Bueno. Supongo que si las chavalas de 15
años tienen derecho a su Crepúsculo,
las chavalas de 60 años tienen derecho a su icónica Catherine Deneuve.
Siempre que algunos novatos observadores del
cine contemplan esta película, hacen el mismo comentario: -Está llena de clichés. Y tengo que explicarles que el vaquero
solitario, el doctor borracho, la prostituta buena, la casada estirada, el
jugador caballeroso, todos esos clichés, lo son porque todo el mundo ha copiado
a La diligencia. La diligencia es la semilla de todo el western clásico. Todo el western está ahí. Con variaciones y
ramificaciones a medida que crece. Incluso Deadwood, con su presunto vanguardismo, copia un porrón de personajes de La diligencia. John Ford dijo que un western debía hacerse de esa manera y
así se hizo. Punto pelota. Hay una escena que me sigue fascinando. La
persecución, claro. No olvides que estamos en 1939. Los efectos especiales no
estaban tan desarrollados como ahora. Me encanta esa toma en plano único en que
un indio cae y pasan sobre él caballos y diligencia. Y ves que el tío se
levanta malherido. No era un maniquí. Era un especialista que se la jugó. Ese amor por la planificación es muy difícil
de encontrar en el cine contemporáneo de hoy.
Ha salido en DVD la edición de Hannah Arendt. He mirado la parte
posterior, para ver qué decían en la sinopsis y qué fotos sacaban. Y, en fin,
simplemente porque me gusta toquetear los DVD's y cualquier cosa que tenga que
ver con cine. La calificación por edades era para mayores
de 7 años. Me parece justo aunque pienso que hasta los 13 o más no se entiende
esa película. Pero también había otra calificación. Esa
calificación que a alguien se le ocurrió para justificar la existencia de un
Ministerio. Recomendada para igualdad de
género. El Ministerio, por suerte para la cordura y la economía, ya no
existe. Duró dos años. Pero las consecuencias las seguimos sufriendo. Sé con total seguridad que Hannah Arendt
se habría sentido muy ofendida si lo hubiese visto. Era precisamente contra esa
clase de ideas prefabricadas, contra esos clichés, contra lo que ella luchaba.
De hecho toda la película es un alegato contra ese pensamiento débil, contra
esa ideología política que pretende imponer criterios a sus ciudadanos. Ese texto en un DVD de Hanna Arendt es una de las mayores
incoherencias que he visto en lo que va de año. E implica, entre otras muchas
cosas, que el intelectual o la intelectuala
encargado o encargada de dictaminar la calificación no tiene ni pajolera idea
de lo que ha visto. Si es que la ha visto, claro.
En Asgard se les antoja el verbo rico y la
floritura del habla. En plan Shakespeare. Yo usaré palabras de Cervantes:
manda güevos. Hubo un tiempo sin apenas pelis de
superhéroes. Hasta que los efectos especiales (primero Terminator 2 y luego Matrix)
los pusieron al alcance de cualquier desgarramantas. Ahora hay una de superhéroes cada semana.
Las hacen como churros, como las románticas y las de terror. Iguales pero un
poco distintas. Thor: El mundo oscuro es una mezcla de La Guerra de las Galaxias y El señor de los anillos. Elfos oscuros y alienígenas. Peleas de
espadas y armas láser (todo junto). Rivendel y la Estrella de la Muerte. Y una
portadora del éter que es como el anillo chungo. Y esto con la estación de metro de Londres y
Stonehenge. Lo que me preocupa es que los secundarios
son los mejores. La becaria, el becario de la becaria y, por supuesto, Loki.
Sensacional Loki, especialmente cuando toma la apariencia de Capitán América. Vale. Tiene acción, unas cuantas gracias,
las dos horas y media son entretenidas. Pero es un churro más de la churrería.
Después de Drive no te extrañará que esperara con ganas lo siguiente de Winding
Refn. Mal negocio. Es un bodrio. La calma, las pausas, tenían en Drive un sentido. Notabas el fluir y
el desarrollo de los sentimientos de los personajes. Aquí no tiene sentido
alguno porque, en realidad, ni siquiera hay una historia que contar. Un americano comete un crimen en Bangkok y lo
matan. Su hermano considera que es lo que se merecía y lo deja estar. Pero la
madre llega dispuesta a montar un pollo. Un poli, que hace las cosas a su
manera, tiene sus propias ideas. La confrontación entre los personajes es
violencia bestia pero sin razón de ser. El montaje es otra historia. A veces creí
que me habían drogado con algo, pero no. Era Winding Refn quien lo estaba
al editar la peli. Una edición caprichosa, absurda, puro antojo. La cámara lenta y la ausencia de sonido en
algunas conversaciones es imperdonable. Aunque lo cierto es que no pasa nada
porque no hay nada que decir. Y en este berenjenal está Kristin Scott
Thomas en un papel de perra muy perra. Un botón de muestra: -Billy violó y mató a una niña de 16 años. -Estoy segura de que tendría sus razones.