25/2/18

Yo, Tonya

Tonya Harding. A los 4 años ganaba campeonatos de patinaje artístico. Segunda mujer en conseguir un triple axel. Dos veces olímpica. Un ídolo. Un sueño americano. Hasta el incidente. Hasta que una rival acaba con una rodilla destrozada y sospechan de ella.
Es una biografía, un drama. Pero aparenta ser una comedia casi surrealista, poblada por personajes excéntricos que parecen de chiste. Pero que son reales. Una madre desquiciada, el violento marido de Tonya, el muy tarado amigo del marido, los amigos del amigo del marido… Todo un desfile coral de imbéciles. Pero real. Y se conservan entrevistas que atestiguan que esa gente eran auténticos tarugos.
Nadie patinaba como Tonya. Pero los jueces no permitirían que la basura blanca se colase en la élite deportiva de las pijas.
Le sobra metraje, especialmente en sus rifirrafes con el marido. A veces le hace daño el contraste entre drama y comedia, potenciando en exceso uno de ellos. La historia da para lo que da pero está bien rodada.
No es extraño que los coletazos del escándalo de Tonya coincidan con los inicios del de O.J. Simpson. El circo mediático y el morbo del público deben continuar.
Margot Robbie muy bien, pero Allison Janney está sensacional.

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