13/11/16

El ciudadano ilustre

Daniel Mantovani recibe el Nobel de Literatura. Ha vivido toda su vida en Europa. Pero es de origen argentino y, un día, de su pueblo, Salas, le llega una invitación. Quieren nombrarle Ciudadano Ilustre.
-Mis personajes nunca salieron de allí y yo nunca pude volver.
Esto no es una comedia argentina al uso, de las que nos suelen llegar a los cines españoles. Tiene mucho de drama patético. El hombre cosmopolita que regresa al universo pueblerino.
Un retrato sarcástico y ácido en el que no se salva nadie. Ni el protagonista con su retórica prepotente ni los lugareños con sus mezquindades y envidias. La hipocresía, la ignorancia, la arrogancia de uno y otros. El ejercicio de melancolía que busca el protagonista, se transforma en verdades trágicas.
Una película plagada de situaciones incómodas, muchas veces al borde del surrealismo pero, curiosamente, anclada en la naturalidad. Un tanto fría y áspera. Jamás embellece nada.
-¡Qué orgullo para todos los argentinos! Diego, el Papa, la reina de Holanda, Messi… y ahora vos.

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