Otra de terror.
Tiene algunas cosas buenas. Ese montaje
quebrado, rápido, y la interpretación de Essie Davis. La actriz, que interpreta
a la madre, echa el resto con una gestualidad impresionante. Está bien contada
su progresiva degradación mental.
Es otra de terror, sin más, pero con un
toque de personalidad que la hace un
poquitín mejor que las del montón.
El final no quiere ser previsible. Eso se agradece.
Varía un poco respecto a lo que nos tienen acostumbrados.
En cualquier caso es prescindible.
Fui a verla porque hacía mucho que no veía una de
terror. Quería comprobar si todo sigue igual. Parece que sí.
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