6/7/14

El extraordinario viaje de T.S. Spivet

Es lógico que T.S. sea un niño un poco rarito porque su madre es Helena Bonham Carter. Y también, obvio, porque dirige Jean-Pierre Jeunet y todos los personajes que salen de la mano de este hombre llevan consigo la inspiración.
No es una peli tan original como Amélie. Ni tan siquiera tan original como Largo domingo de noviazgo o Micmacs. La cámara no juega con tantos artificios, pero a cambio ha sido depurada hacia una mayor elegancia.
T.S. es un niño que descubre una máquina de movimiento perpetuo. Y gana un premio. Pero sabe que, siendo un niño, tendrá dificultades para que se lo concedan.
En el fondo es una road movie y, en el fondo, es un viaje iniciático cargado de profundidad y sentido, una búsqueda de lo importante. Ese progresivo despojarse de sus pertenencias y decenas de otras metáforas expresan esa ruta hacia lo esencial. En el fondo T.S. busca el sentido de la muerte, la muerte de su hermano, alguien que debería ser, que debe ser, movimiento perpetuo. Y de ahí el discurso en la entrega de premios. Sólo el hombre puede alcanzar ese reto, así que ¿qué pinta la muerte?
Es tierna sin que el niño sea cargante, bonita sin ser pegajosa, inteligente sin ser pedante. Una gran historia, amable, simpática y con una visión enormemente positiva de la condición humana.
Muy majas las apariciones de Dominique Pinon y Julian Richings.

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