22/7/14

El amanecer del planeta de los simios

Un camino fácil habría sido dibujar a la raza humana como una raza desaprensiva, malota, asesina y pisa césped, destructora de la naturaleza y de los más elevados principios ecológicos.
Otro camino fácil habría sido mostrar a los simios inteligentes en versión Rousseau, acostarse con el buen salvaje, presentarlos como unos pobrecitos mártires y que bien que la tierra vaya a ser suya.
Por suerte optan por el camino difícil con la presencia de Koba (¿casualidad que fuera el apodo de Stalin?) y cierta complejidad.
No están tan bien algunas cosas que dañan la narración seria: la fuga de los humanos tras el atentado a César, lo fácil que consiguen el botiquín en una ciudad llena de enemigos, esa batalla final inacabable llena de clichés y previsible.
No es tan sugerente como la primera parte pero resulta amena en casi todo su metraje.
-Simio no mata simio.
-Tú no eres simio.

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