17/1/10

La decisión de Anne

Debo admitir que, al principio, las trazas de la película me parecían más que interesantes. Una chica lamentándose porque ha sido fecundada in vitro como bebé medicamento para su hermana con leucemia. Se siente una obra de ingeniería, un almacén de repuestos.
Pero luego llega la realidad: Nick Cassavetes. Y a Nick Cassavetes lo que le gusta es llorar y venga a llorar y llorar sin parar.
Durante un tiempo va alternando el debate ético con las lagrimillas. Luego se decanta sin rubor por el llanto. Y mientras la mayoría de la gente se sonaba entusiásticamente los mocos, yo estaba ahí, deseando que volvieran a los temas fuertes: la fecundación in vitro, los bebés medicamento, el ensañamiento terapéutico, la aceptación de la muerte.
En fin. Hay un poco de todo pero la películas es, sin duda, para los que quieren pasar un rato entretenido llorando.
Estaba, además, Joan Cusack, en el papel de juez, y eso siempre está bien.

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