26/4/07

Ay, Diane

Las tres últimas películas que he visto de Diane Keaton me han puesto los pelos como escarpias. En otro tiempo fue un pedazo de actriz. Ahora está cayendo al nivel de, pongamos por caso, Steven Seagal.
Siempre he estado en contra de la censura. Pero Cuando menos te lo esperas y La joya de la familia me hicieron replantear mi postura y considerar la posibilidad de admitir el anatema para ciertos productos derivados de pensamientos gelatinosos.
Después de ver ¡Porque lo digo yo! la censura ya no es una posibilidad. Es una necesidad perentoria, algo que hay que condenar ante la ONU.
No hay ni un diálogo, ni una situación, ni una escena rescatable.
En la foto está Diane Keaton en una escena supuestamente graciosa. No sólo nadie se rió en la sala sino que, al acabar la película, todos teníamos esa cara.

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