Rosebud no explicaba al Ciudadano.
Sigue siendo solamente un Individuo.
Eso es lo bueno: es inagotable.
Como ocurre con todo el buen cine.
Como ocurre con la vida.
Crítica y opinión de cine y series.
La película copia descaradamente las líneas
generales y es muy original e imaginativa en los detalles. Copia, mucho, una alucinante variedad. El señor de los anillos, Avatar, Cariño, he encogido a los niños, Los diminutos... Todo junto y revuelto. Le salva su capacidad
para ser espectacular con momentos originales y variaciones sobre lo ya
copiado. Al principio me pareció interesante la
propuesta de las tres paternidades y las tres filiaciones. Padre que ha
entregado su vida al trabajo e hija que se siente sola, padre fallecido y tutor
que trata de hacer lo mejor con un vivales, padre malote e hijo que pretende
emularle. Vi estas tres situaciones y pensé que, con suerte, igual sacaban algo
bueno. No hubo suerte. La peli es muy dinámica, con
mucha acción (cuando consigue arrancar), colorista y con algunos momentos
bastante bonitos. Pero el humor también está a años luz de Ice Age. Para peques.
1. Parece que Bryan Cranston no
tendrá problemas para encontrar trabajo tras Breaking Bad. Será Lex Luthor en un número de películas que
oscila entre ¡6 y 10! 2. Hay gente enfadada porque Ben Affleck
interpretará a Batman. Después
de ver a Michael Keaton, Val Kilmer y George Clooney en el
papel del señor Wayne no veo a qué viene tanto jaleo. Peor que Clooney
no puede ser. 3. Joshua Jackson, un tío enormemente
soso, tuvo la fortuna de trabajar en Fringe. Ahora se apunta a la serie The Affaire. Aunque se traduce como
asunto, se suele usar para ciertos asuntos muy concretos. Sí, esos asuntos. No
le veo a Joshua Jackson en un papel dramático que trata de jaleos
sentimentales. 4. The
Newsroom. 2x07. Tras unos altos índices de audiencia, Will,
entusiasmado (y exagerando) dice que son tan buenos como los de I Love Lucy. Y Jane Fonda
sensacional: la veteranía es un factor primordial.
Algunas cosas me dan miedo. Ayer vi el piloto de Pequeñas mentirosas(Pretty
Little Liars). Eso no me da miedo. Me da miedo que, algún
día, vea una serie de esas y me enganche. Hay mucha gente, demasiada, viendo
este tipo de series. Y puedo caer en la espiral de destrucción. Pequeñas mentirosas me expulsó. No sé. Los americanos tienen un
problema muy grave con las edades. No puede ser que acepten a actrices de 26
años haciendo el papel de chicas de 16. Y a sus padres, que en la realidad
tienen 8 más que ellas. A mí eso me basta para echarme de la trama. Por otra parte no entiendo que lleven cuatro
temporadas para descubrir a un asesino. Los cliffhanger
están bien si tienen respuestas, al menos parciales. Si no ofrecen respuesta,
acaban por generar frustración en el espectador. Así que imagino que la cosa se
mueve, sobre todo, por los vaivenes sentimentales de las adolescentes. Demasiado
para mí. O demasiado poco. Pero tengo miedo. Tengo miedo de que un día hagan
una serie de adolescentes, interpretada por adolescentes, y me enganche.
Hubots. Robots con apariencia humana. Hay
hubots muy robots, rígidos. Y hay hubots con software flexible que fingen
emociones muy bien. Por eso tu mujer pude que te abandone por uno de ellos
(saben escuchar). O que otro, con habilidades geriátricas, se gane el afecto de
abuelo y nietos. Y algunos son algo más. Aman, deciden,
tienen conciencia de su existencia. Son libres. Y como son libres, mienten,
ayudan, hacen el bien o el mal. Algunos hubots sienten repugnancia ante un
crucifijo en la iglesia y otros descubren... ¿la gracia? Unos quieren declarar
la guerra a los humanos y otros odian a las lesbianas porque son ¡diferentes! Real Humans. Partido que se opone a la
proliferación de hubots. Me gustó que hablaran de las restricciones
de Asimov o que usaran términos como hubot, pacman, hubbye, Flash, Gordon. Muy sugerente por la cantidad de preguntas y
ángulos acerca de la inteligencia artificial. Y en qué momento deja de ser una
I. A. para ser algo más. Derechos, relaciones, implicaciones de todo tipo. Una
serie muy rica en planteamientos. Al final abandonan parte de ello en beneficio
de la trama política, policial y de suspense. Pero está bastante bien. La pregunta principal, como siempre, la
hacen los niños: ¿Van los hubots al paraíso? Compra un amigo para toda la vida. Qué
contradictorio, ¿no?
La película es célebre por haberse
convertido en el fracaso taquillero de la temporada, más catastrófico aún que After Earth. Los responsables dicen
que la culpa la tienen los críticos porque la han maltratado. A los
responsables se les olvida proseguir la lógica: si no quieres que la maltraten,
haz algo bueno. Porque lo cierto es que, de las horas y
media que dura, se pueden rescatar 20 minutos: la escena de acción, al final,
con los dos trenes persiguiéndose. Todo lo demás no es sólo la historia de un
hermano equivocado. Es un guión equivocado, un ritmo equivocado, un ir y venir
equivocado. Bien es cierto que se deja ver la mayor parte del tiempo porque hay
medios detrás. Pero su pretensión de seguir la estela de Piratas del Caribe es un sueño. Ni
siquiera es muy graciosa. Y luego estaba Ruth Wilson, la Alice de Luther, a la que, claro, me costó
mucho aceptarla como una mamá de recursos limitados. Y a Helena Bonham-Carter
apenas le dan cancha. Y Armie Hammer, supuesto protagonista, vuelve a
ser devorado por Johnny Deppque,
sin ser algo fascinante, es lo mejor de la película.
1. Se rumorea que Timur Bekmambetov
dirigirá la nueva versión de Ben-Hur.
Que es como si dices que Roland Emmerich dirigirá Lo que el viento se llevó. Lo mismo
mete un tren. 2. Otra declarada de Steven Spielberg. Dice que
le gustaría rodar una película con Zhang Yimou. Toma, pues claro. Y a mí
con Orson Welles. Pero a Spielberg no se le ocurrió eso hace 20 años,
cuando estaba en la cumbre. 3. El mundo tiene que estar muy chungo para
que Oliver Stone y yo estemos de acuerdo. Stone ha criticado
duramente a Obama por su actitud en el caso de Snowden. 4. Breaking
Bad 5x10. Skylar y Hank, Skylar y Marie, Skylar y Walt. Esta serie se
sale. Menudo capítulo. Potentísimo. Y Saul Goodman preguntando que por qué no
le mandas a Belice.
De momento no tiene fecha de estreno en
España. Hasta cierto punto lo considero comprensible porque no es una película
fácil de vender ni de ver. Ni es fácil encontrar al público adecuado. Neil Jordan se formó un nombre al dirigir Entrevista con el vampiro y quizá intenta repetir fortuna al regresar al universo de
los vampiros con una historia que, a la hora y media de metraje, tiene un giro
de guión interesante y se vuelve adictiva. Eso sí. Lo que pasa en los primeros 90
minutos es un tostón de cuidado. Lenta y pesada porque quiere hablarnos de la
soledad en que viven los vampiros. Es como si alguien pretendiese hablarte de
papiroflexia y te contase antes la historia del papel. Nada que ver. Tediosa.
Repetitiva (esas idas y venidas por el paseo marítimo, esa cueva revisitada). Una vez superado el mal trago ofrece una
visión vampírica bastante sugerente, muy feminista (de feminismo barato), un
giro a la existencia de los chupasangre, a lo que hacen, por qué lo hacen y
cuáles son sus peculiares reglas. Creo que sería una buena historia para
desarrollarla como serie. Byzantium
podría ser un buen piloto reduciendo el metraje a 40 o 50 minutos. Tal como
está no tengo claro que merezca la pena.
Laura Lebrel es madre de familia,
cuarentona, ingenua, torpe, patosa, inoportuna, le gustan los culebrones
(especialmente Desheredada) y todo el
mundo se burla de ella. También es inspectora de policía y sus
defectos implican que entra en todas partes como un elefante en una
cacharrería, descolocando a todo el mundo, rompiendo cinturas y, al final, riendo
la última. Y, sí, ya sé qué estás pensando. Qué diablos
hago yo viendo una serie española. Me picó la curiosidad desde el momento en
que la NBC compró los derechos de adaptación. Veo su potencial como serie americana. 40
minutos en vez de 75, ritmo más apropiado, mejor producción y, sobre todo, no
tener que tragarnos por enésima vez lo que los creadores de series españolas se
piensan que es la sociedad española. Siempre los mismos clichés, los mismos
caracteres de los personajes. La inspectora Lebrel casi siempre lleva la
misma gabardina. Podría ser la de Colombo.
Esta serie comenzó a emitirse en 1951
(¡1951!) y muestra lo mucho que han cambiado las series. Y no siempre para
mejor. Otro ritmo, otros conceptos. En I Love Lucy cabía de todo. Era
serie, espectáculo de variedades, números musicales, actuaciones de payasos...
La propia serie se fue depurando con el tiempo para ser una sitcom. Y lo curioso es que sigue siendo buena. Es
verdad que como toda sitcom acaba por
repetirse (los líos en que se mete Lucy) y que algunos episodios son flojitos,
pero los guiones contienen diálogos, frases, chistes y gags logradísimos. Ahora
habrá mejorado la técnica de la comedia, la dosificación del humor, la
habilidad narrativa del conjunto. Pero I
Love Lucy tiene momentos mágicos. Quizá parte del capítulo discurra con
algo de torpeza, pero de pronto todo confluye hacia un clímax pletórico. Además Lucille Ball era una
superdotada para la comedia. Un talento descomunal. Sus disfraces, su
versatilidad, su capacidad para hacer prácticamente de todo, demuestran una
comediante nata. Échale un vistazo a algún capítulo. No te
arrepentirás. En inglés, please.
Hay una clase de cine al que llaman
independiente o indie, aunque eso es
mucho suponer. Se caracteriza, en muchos casos, porque pretende
transmitir un mensaje (social, humano, filosófico o de otro tipo), aunque eso
también es mucho suponer. Las distribuidoras de este tipo de cine se
las ven y se las desean para recuperar la inversión. Muchas veces pierden
dinero. En alguna ocasión dan la campanada, recuperan y alejan un poco más los
infartos. Yo tengo un problema con la información que
las distribuidoras envían de esas películas porque, si la película es buena, es
abierta a interpretaciones. Y las distribuidoras se empeñan en decirte, en la
propia sinopsis, cuál es el mensaje. Y bien sea porque se ven obligados a
condensar, bien sea porque pretenden vender mejor el producto, lo cierto es que
nunca estoy de acuerdo con ese mensaje. A veces, de hecho, me parece justo lo
contrario. Me cabrea especialmente con Haneke y von Trier. Obras
tremendamente sugerentes y profundas que son sintetizadas en una línea que, en
realidad, nada tiene que ver. Deben pensar que su público, además de
minoritario, es lerdo. Me gustaría mucho que omitieran esas explicaciones que
no explican nada. Quiero decir que no me gusta que me digan lo
que tengo que pensar.
Blomkamp filma la primera parte
como si se tratase de un documental sobre favelas en Brasil, sobre la frontera
México-USA, sobre cualquier aldea miserable. Con armas de alta tecnología,
estaciones orbitales y pateras espaciales. Pero la estética y el tono es la de
un documental. Le quedan muy bien esos poblados en ruinas con naves suspendidas
encima. Luego viene la hora de las tortas, cuando a Matt
Damon le instalan un Hulk. En
ambos casos su ritmo es impecable. Pasan cosas y queremos saber más de ese
mundo. Sólo algunos defectillos. Jodie Foster
compone bien a una zorra de gran calibre, pero sin matices y con un final que
merecería algo mejor. Nos gustaría saber más de Sharlto Copley y qué
clase de cosa biónica es. Y algo más sobre Alice Braga y su hija. En cualquier caso, después de District 9, es un segundo paso
bastante sólido, con estilo y personalidad definida, una ciencia-ficción de
denuncia con cierta gracia y una promesa de que puede ir a más. Ya está
preparando la tercera. La espero con interés.
Me gusta la idea, me gustan ciertos
planteamientos y me gusta el capítulo final. Pero hay dos tipos de tensión. Una de ellas
es lógica. Puede que el protagonista, el espectador o ambos ignoren respuestas.
En la trama las cosas se van desvelando conforme a unas reglas. Y hay una tensión artificial: montajes
tramposos, reacciones inverosímiles, escenas de relleno (chica desaparece
porque se ha ido a dar un paseo, pero así se llena la mitad del metraje). En Les revenants hay demasiado de esto.
Como ejemplo sirva la escena de la biblioteca entre Adèle y Simon. Forzadísimo para
que ella siga creyendo que no está bien de la cabeza. O que el niño se tire por
la ventana y todo siga como si nada. Una cosa tipo Lost (en ocasiones demasiado parecida a Lost) con muchos misterios. Pero no me enganchó porque todos
los personajes son exactamente iguales: aburridos, clónicos. La única distinta,
y por eso me encanta, es la mujer de Costa, que sale muy poco. Hay algunos paralelismos majos. Comienza el
capítulo con Julie disfrazada de Catwoman,
termina con la vecina cotilla comida por gatos. Y pósters que van saliendo: El exorcista, Memento... No me parece que sea tan buena como se dice.
Después de una temporada no hay ninguna respuesta a nada. Sobrevalorada.
Una vergüenza. Lo de Monstruos University me pareció mal, ya lo sabes. Una peli para sacar cuartos
descaradamente. Aviones va mucho más lejos. Aviones es un atraco, un robo descarado, un timo gordo que ni
siquiera puedes denunciar porque, libremente, has pagado la entrada. Una de
esas pelis que hace pensar en la conveniencia de que la gente pague después de
haberla visto. Es Disney al cien por cien. Pixar no ha
intervenido. Disney expolia Cars
y Cars 2, pone unas alas a los
coches y ya. No hay guión, ni tensión, ni conflictos, ni humor, ni nada. Un
puro aburrimiento, acorde con el puro plagio y la pura fabricación de marchandising. Y, pese a la aparente espectacularidad de
fondos y encuadres, lo cierto es que ni siquiera arriesgan mucho. Casi toda la
película está encerrada en los planos medios para reaprovechar una y otra vez
diseños prefabricados. De ser más anodina ni habría existido. Mala.
1. La
gran piratería de Juego de Tronos es mejor que un Emmy. Eso dijo
HBO. Pues claro. El dinero por encima de todo. Está bien que definan de una vez
lo que les interesa, porque algunos críticos pensaban que HBO hacía las cosas
por amor al arte. 2. Y, por supuesto, habló Juan Manuel de Prada. Aunque conozco a algún otro oponente de Juego de Tronos, poco a poco, seguimos aumentando de número. Me
río, sobre todo, de los que se ríen de él, porque no le entienden cuando dice
que Juego de Tronos no se
entiende. Y al llamarle tonto se lo llaman a sí mismos. Genial. 3. Tener dinero es una ventaja. Díselo, si no, a Spielberg.
No importa cuántas series conduzca al fracaso. Siempre puede volver a
intentarlo. Dárselas de incomprendido si no funciona y de genio si sí funciona.
Lo próximo: Extant.
Tan intensa como siempre. Sólo que, ahora, todas las cartas están
sobre la mesa. El duelo entre Hank y Heisenberg se ha desatado. Ese encuentro
en el garaje, a la vez tan esperado e inesperado, ha ocurrido. Y no hay vuelta
atrás. En realidad nunca la hubo desde que Walter
White decidió cocinar anfetamina. Con sus torpezas de novato y su
incuestionable inteligencia, había emprendido el camino que, con la buena
intención de hacer algo por su familia, le llevaría a un abismo moral de drogas
y asesinatos. A mí esto sí me parece una buena evolución
de un personaje, un gran arco argumental. Llevado con lógica y sentimientos
certeros. Ya comenté que ese estancamiento evolutivo era uno de los grandes defectos de Los Soprano. Por
eso considero superior a Breaking Bad.
Aunque, la verdad, empiezo a considerarla superior a casi cualquier otra cosa. Me encanta Jesse Pinkman y su conciencia
mordedora. 8 capítulos para el fin. Si saben cerrarla,
será imponente.
Un desmadre, un desparrame total, una locura
agotadora, Transformers
elevado a 100, Mazinger Z
elevado a lo galáctico, una somanta de tortas sin proporciones. Una radical manifestación de orgullo friqui,
de tío que alardea de su cinefilia en anime de serie Z y en pelis de terror
antiguo, que demuestra que ha visto desde Godzilla a Vexille
pasando por Comando G y toda
la parafernalia de Harryhausen. Y esto lo digo en sentido positivo. Lo que pasa es que a veces uno hace
amiguetes inadecuados. Y si Santiago Segura (tiene media docena de
frases chorras en la peli) no ha mejorado los guiones, Guillermo del Toro
los ha empobrecido. Tal vez se le pueda perdonar. Pacific Rim es lo que es. Un
artefacto ruidoso y ruinoso, un juego de robots de esos que destrozábamos a los
cinco minutos de habérnoslo regalado. A él le dura un par de horas y se lo pasa
bien. Me encantaría conocer a la pandilla de
ingenieros descerebrados que ha parido toda la tornillería y mecanismos del
tinglado. Pobres. Por otra parte se lo reconozco: viene a
cerrar la boca de Michael Bay y demás aficionados. ¿Destrucción? Toma
destrucción.
Luther, por supuesto, es sórdida. Y uno podría
pensar que es sórdida por los sórdidos crímenes que ocurren en ella, por esa
vuelta de tuerca a la hora de presentarte mentes retorcidas, mentes que, como
dice Luther, recubren la falta de conciencia con filosofía. Pero no es sórdida por eso. Quiero decir que
no basta con eso. Eso, en sí, sólo sería morboso, perturbador, gore. Luther es sórdida, sobre todo, por
la tensión moral de los personajes, por el modo en que se relacionan entre sí, la
difusa ética que no abandona los fotogramas un segundo. Como cuando la psicópata Alice dice: -Tu conciencia ha matado a más gente que yo. Porque al final salió Alice. Sí. Tuvimos que
esperar al último capítulo. Pero esta vez fue una espera que mereció la pena.
El modo en que aparece, contra todo pronóstico, la situación perfectamente
planificada, es digno de ella. -Por desgracia falleció. Muchas niñas crecen
queriendo ponis. Pero yo siempre quise ser viuda. En un sólo capítulo, la tía, tiene una
docena de frases inmensas.
Helen Mirren es solicitada por los
ingleses para que mate a Bruce Willis, John Malkovich y Mary-Louise Parker. Catherine Zeta-Jones es enviada por los rusos para
que aparque a Bruce Willis, John Malkovich y Mary-Louise Parker. Y Byung-hun Lee es contratado en Hong-Kong para que
mate a Bruce Willis, John Malkovich y Mary-Louise Parker. Así que Bruce Willis, John
Malkovich y Mary-Louise Parker buscan a David Thewlis para
que les diga qué está pasando. Algo relacionado con Anthony Hopkins. Otro reparto estelar para una pequeña
tontería. Sin la sorpresa de la originalidad de Red, tratan de formar un guión con cierta coherencia mezclando
humor y acción. Lo hacen bien. Sin grandes presupuestos las
escenas de acción tienen su brillo propio de ingenio, como por ejemplo la pelea
inicial de Buce Willis en el archivo o la persecución en coche de Byung-hun
Lee y Helen Mirren. No es gran cosa pero es ideal para soltar
unas risas en tardes de verano. La rivalidad entre Parker y Zeta-Jones
también está bastante bien. -No metas a Mickey Mouse en esto.
1. Peter Capaldi será el Doctor
número 12. A mí me parece una idea grandiosa. Imagino que no será tan
malhablado como en The thick of it
o In the Loop, pero su
histrionismo le cuadra muy bien al Doctor. 2. Megan Fox, haciendo honor a su
apellido, se labró con esmero la fama de problemática, de perra, de
provocativa, de bocazas. Y, de repente, sentó la cabeza. Cerró la boca, se casó, tuvo un
bebé no hace un año y va por el segundo. Quizá la gente sí cambia. 3. Harrison Ford se apunta a Los mercenarios 3. Bruce Willis
se sale. Esta saga cazurra es un buen termómetro de cómo va la carrera de
determinados actores. Si va en picado se apuntan a ella, si sube puntos se salen
lo antes posible.
La serie ha crecido mucho. Lo ha hecho porque, estoy seguro, se ha
fijado en Fringe. Quizá en
exceso. Esos Freelancers se parecen tal vez demasiado a los Observers. Pero le ha venido muy bien su crecimiento en
complejidad. A veces demasiado compleja, con tantas tramas que algunas no
tenían más opción que quedar desatendidas por unos cuantos capítulos. En cualquier caso no está nada mal para una
serie canadiense que nació pequeña y que controla muy bien presupuesto, puesta
en escena, acción, drama, interrelaciones entre los personajes. Continuum es la serie en la que puedes preguntar: -¿De cuándo eres? Y, como en las buenas series, no tienen
problemas a la hora de suprimir por las bravas a personajes que parecen
fundamentales. Todos apostábamos por Emily. Aunque, claro, ahora que el tiempo
se ha vuelto tan flexible, tal vez Sadler la rescate.
Me
encanta The Killing. ¿Lo había dicho ya? Una temporada 3 imponente. De nuevo una
historia fragmentada donde se dispersan las pistas a través de personajes
colaterales. Una investigación policial que conduce por el mundo de la
prostitución adolescente, chulos, asistentes sociales, familias en el borde del
abismo, corredores de la muerte, vigilantes de prisiones, policías. Sigo pensando que tiene una planificación
extraordinaria. No tan llamativa como, pongamos por caso, Breaking Bad. Pero cuidadísima,
elaboradísima. La escena del sofá de Holder y el intento de beso a Linden. La
iglesia con el ataúd de Bullet y la forma de mostrarnos a los que están
presentes. Y ese final tan eléctrico. Una situación que
hemos visto en cine y series más de mil veces y que aquí acaba del modo atroz y
destructor con el que ninguna otra se ha atrevido. Imagino que a muchos sigue sin gustarles. Yo
creo que merecería la pena sólo por lo mucho que arriesga.
Un comienzo muy bueno, un desarrollo
sugerente y un final decepcionante. En plan ya si eso te hacemos otra más
adelante, de momento tira con esto. Brad Pitt viaja por el mundo
tratando de descubrir el origen y la cura. Corea, Israel, Escocia... Y en su
viaje se encuentra con personajes cargados de posibilidades que se
desaprovechan, historias peculiares que deberían haber dado más de sí: el espía
renegado de la CIA, la soldado de Israel, los científicos de Escocia... Cada uno de ellos parece prometer mucho más
de lo que luego da. Mireille Enos, como esposa de Brad Pitt,
también debería tener más recorrido. En el fondo todo es una excusa para la
acción. Eso sí: buena acción. Marc Foster sabe lo que se hace y filma
escenas enérgicas. Pero el único objetivo está claro: segregar adrenalina. 12 segundos y un nuevo zombi. Los zetas
están ahí para futuras secuelas. Y por ello, ese final ni abierto ni cerrado,
tibio y pretenciosamente rimbombante, deja más bien indiferente. Lástima.
Hoy es un día muy especial y la entrada está
programada. Me he puesto a pensar. ¿Cuál es la mejor
película sobre bodas? Y no pude dar con la solución porque, la verdad, el nivel
está bajísimo. ¿Y cuál es la que más me gusta? Y aquí... Buf. Me encanta La novia cadáver, por supuesto. Pero no es plan, ¿no? No
digamos Kill Bill. Así que me quedo con una que, sin que pueda
considerarse propiamente como una peli de bodas, sí tiene algo más de seriedad
e interés que las clásicas paridillas. El hijo de la novia fue una sorpresa mundial. Por Juan José Campanella como director,
por Ricardo Darín en pleno
desconcierto, por Norma Aleandro
en su papel de anciana novia deslenguada y con alzheimer... Y porque yo soy de esos a los que no les va
brindar por una felicidad que se revela efímera. Prefiero brindar por las
dificultades y aquellos que saben superarlas. Y en El hijo de la novia había mucho de eso. Así que, Esther y Patxi,
brindo por ello.
1. Starz renueva Black Sails antes de que se estrene la primera temporada.
Peligroso. Muy peligroso. Porque es de piratas. Y las de piratas consiguen fans
intensos pero no numerosos. Los piratas son traicioneros. 2. En septiembre, en DVD, estrenarán God Bless America. La traducción es
demencial: Armados y cabreados.
Le han quitado toda la ironía y la esencia para quedarse en la chorrada. 3. 3x10 de The Killing. Esperaba un capítulo así: desconectado de la
investigación. Ray Seward, sin duda, era del Atlético de Madrid. Si algo puede
salir mal... Muy fuerte.