-Hemos
creado monstruos, Mary. No dejemos que nos devoren.
La
película es una biografía decente. Decente significa aquí que está bien
ambientada, es rutinaria, academicista, convencional. Cuenta la vida de alguien
con cierto rigor.
De
ahí a expresar la personalidad de la escritora hay un abismo. Eso no supieron
encontrarlo. Poner el foco de atención en que Mary Shelley se fugó con
un hombre casado es un error enorme. Eso no fue lo que la convirtió en la mujer
que escribió Frankenstein. Es
sabido que el germen de su historia, su esencia, su voz, la encontró en
Escocia. Y la película dedica unos pocos minutos a ello y sin relación con su
escritura.
En
realidad la película suprime todo lo que fue motivo de inspiración e inventa
clichés para que haya algo. Se cuenta la
historia de una mujer feminista (lo era por su educación, pero nunca militó
como tal ni puso interés explícito en ello) pero no la de una escritora
originalísima.
Una
aproximación muy tibia en la que hay que destacar la sólida interpretación de Elle
Fanning.
-¿Qué
podemos contar nosotros de esperanza y perfección? Mira el lío que hemos hecho.
Mírame a mí.
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