El título apela a la
obra maestra de Griffith caída en desgracia y cambia la perspectiva.
Tiene también un tono provocador. Lo interesante es que el título expresa lo
esencial: el director no es nada sutil. Va por la directa.
Quiere seguir la estela
de denuncia de 12 años de esclavitud,
pero esa ausencia de astucia para la narración, convierte al relato en algo
mucho más pesado. Tal vez tan violenta como la peli que quiere emular, quizá
más, pero no significa que sea más dramática.
En el fondo resulta una
estructura demasiado lineal y convencional. Infancia, madurez, cambio de
mentalidad, pelea final innecesariamente larga y cruenta.
Imagino que Nate
Parker trata de expresar una rabia bastante justificada, un modo de ajustar
cuentas. De ahí que desde el título busque la confrontación. Pero eso no
significa que la película llegue a ser grande. Tal vez ni siquiera es del todo
buena. Quizá apuntaba a los Oscar pero en mi opinión se quedará cerca de lo
olvidable.
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