6 personas y una androide en una nave
espacial, obligados por la necesidad a ser mercenarios.
A años luz de Firefly. A Dark Matter
le falta mucho humor. La androide aporta algunos toques. Probablemente sea la
primera robot con esquizofrenia holográfica deliberada. Pero la serie necesita
una dinámica mucho más ágil en las relaciones entre personajes. Como están
desmemoriados, tardamos bastante en conocerles y sus diálogos se vuelven
repetitivos, siempre con los mismos temas.
Me gustan sus sorpresas. Cada vez aparecen
cosas más extrañas. En los últimos capítulos Dos ha resultado ser otra cosa y
también hay un traidor entre ellos. O eso parece.
Estos chicos, enmarañados en una lucha
contra las Corporaciones y la Autoridad Galáctica, tienen muchos problemas para
hacer amigos.
La temporada 2 no necesita un revolcón conceptual,
pero sí un esquema más alegre y juguetón.
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