Otro escocés, Stuart Murdoch, que, al
igual que en Amanece en Edimburgo,
quiere su propia película musical. Pero su estética no tira por el lado de la
de The Proclaimers, sino más
bien por la de Begin Again, es
decir, mucho más indie.
En realidad demasiado indie, aunque por supuesto eso es cuestión de gustos. A mí me
parece que God Help the Girl
se excede en su espíritu alternativo. Demasiado tristona, demasiado ceniza, demasiado
desesperanzada. Incluso aunque el final tenga un toque de esperanza, vence un
espíritu melancólico. La grandeza llegó y se fue.
Hay algunas escenas muy bonitas, pero creo
que le falta la solidez narrativa de Begin
Again. En God Help the Girl
está Eve con su trastorno neurótico y la trama gira en exceso entorno a ello,
se vuelve pesada y un poco aburridilla. Mientras, sus dos colegas de grupo,
quedan eclipsados, sin que sepamos gran cosa de ellos. Muy poco de James, casi
nada de Cassie.
Si la música fue una cura, no curó gran
cosa. Dios ayude a esta chica.
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