4/7/10

Dolores Hart

Estaba leyendo las nuevas incorporaciones a votantes de la Academia de Hollywood. Gente tan dispar como James Gandolfini, Saoirse Ronan, Juan José Campanella...
Es verdad que eso no es criterio de certeza a la hora de evaluar artísticamente una película. Entre otras cosas porque, de momento, no se ha encontrado la fórmula adecuada para hacerlo (hasta que me llamen a mí). Pero sí está claro que, con 6.000 personas tan variadas, no es fácil orientar, dirigir, manipular los votos.
Miro a ver qué más gente peculiar hay en la Academia y el premio se lo lleva Dolores Hart, una monja benedictina de 72 años, superiora de su convento. Sigue votando en la Academia porque, en su día, fue una auténtica celebritie: dos películas con Elvis Presley, la primera chica en besarle en la pantalla, una nominación a los Globos de Oro, otra a los Tony y un escandaloso papel (para su época) en Where the Boys Are. Al cumplir los 25 años y tras su 12ª película, dejó a su novio, el empresario Don Robinson, y se metió monja. Y ahí está.
Pienso en la otra Academia, la nuestra, la española, la Roja, con sus supuestamente cualificados expertos nominados a golpe de pura endogamia. Y, bueno, no digo que le dejen votar a una monja, así de buenas a primeras, pero ¿no podría haber un poquito de variedad? ¿Un poquito de transparencia?

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