21/3/09

Una pareja de tres

Al principio la película es graciosa.
Pero un perro, lo mires por donde lo mires, no deja de ser un perro. Las primeras veces que se come los muebles, destroza la alfombra y se lo hace en donde no debe, puede tener su gracia.
La décima vez pierde algo de su encanto.
A pesar de ello, supongo que habría podido perdonar la repetición de gansadas con tal de que hubiese un mínimo de variación.
Lo que no me parece perdonable es que te vendan la película como una comedia, dure dos horas y dedique los 25 minutos finales a intentar provocar la lágrima del espectador con la muerte del chucho. 25 minutos persiguiendo el sentimentalismo. 25 minutos pretendiendo que nos identifiquemos con no se sabe muy bien qué. 25 insoportables minutos de llanto de Jennifer Aniston y Owen Wilson.
Total, que acabé alegrándome de que al fin muriese el perro y pudieran encenderse las luces de la sala.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Este es el tipo de pelis que producen deja vu. No habíamos ya visto una peli de Jennifer Aniston con perro? o era un gato? o era otra rubia?

Individuo Kane dijo...

Yo no he sido.
Hacía siglos que no veía nada de la Aniston.
A no ser que estés confundiendo a Jennifer Aniston con Mickey Rourke.
Además del tema del perro, los dos se han operado de la nariz.