26/12/08

No lo pillo

The Spirit tiene una estética bonita.
Y, aún así, habría que ponerle peros. Porque no es la autoestética de Frank Miller y, desde luego, no es la estética de Will Eisner.
El guión no hay por dónde agarrarlo. Octopus busca la sangre de Hércules. Sand Saref busca el vellocino de oro de Jasón. Se equivocan de caja. En vez de cambiársela amigablemente, hay una sucesión de asesinatos, la policía se implica, Spirit se implica y ocurren una serie de acontecimientos sin sentido. Al final se cambian la caja, claro, pero de malas maneras.
Es surrealista. Como en cualquier cosa surrealista hay cosas que tienen gracia. Al menos a mí me hicieron gracia. Samuel L. Jackson y Scarlett Johansson vestidos de nazis de tebeo. Aunque es posible que eso no haga gracia a mucha gente. O chistes bobos como el del propio Samuel L. Jackson diciendo:
-Estás más muerto que Star Trek.
¿Es gracioso? No lo sé. La frase estaba tan fuera de sitio que me hizo sonreír. Pero admito que es, simplemente, surrealista.
Bien. Está Samuel L. Jackson, ya lo he dicho. Y el protagonista masculino que es un tal Gabriel Macht. Le conocen en su casa porque estuvo cenando en Nochebuena. Este es todo el reparto masculino con algún interés. Porque lo cierto es que todas las féminas que aparecen son las auténticas protagonistas. Un protagonismo... surrealista.
Eva Mendes: seductora coleccionista de joyas (y maridos que le posibilitan esas joyas). Spirit está enamorado de ella (todo el mundo sabe por qué) y ella de él (nadie sabe por qué).
Scarlett Johansson: inexpresiva, disfrazándose de nazi o de señorita de los sesenta. Es la única mujer de la película que no se enamora de Spirit y nadie sabe por qué.
Sarah Paulson: es ésa que hizo de protagonista en Studio 60 on Sunset Street. Aquí hace de doctora y enfermera particular de Spirit. Lo amó antes de que Spirit muriera la primera vez y ahora, aunque le engaña con todas, le sigue amando. Nadie sabe por qué.
Stana Katic: conocida sobre todo por ser la última chica Bond fallecida por beber petróleo en exceso. Aquí, en mi opinión, es la única que hace algo interesante: reflejar el espíritu de The Spirit de Will Eisner. Es la agente de policía Morgenstern, divertida y dispuesta a todo. Se queda coladita por Spirit en cuanto lo ve y, obviamente, nadie sabe por qué.
¡Y Paz Vega! Ella es la exótica bailarina Plaster of Paris que primero salva y luego apuñala a Spirit sin que nadie sepa por qué.
En fin. Que el tío las vuelve locas sin que se sepa por qué. Me dejo en el tintero a la primera víctima, a la periodista, a la muerte (que se llama Lorelei)... Y tienes que tener en cuenta que va con una máscara (nadie sabe por qué) tapándole la mayor parte de la cara.
¿Tan feo será?
Te habrás dado cuenta que me pasé la película tratando de atar cabos. Cosa que jamás debes hacer si estás viendo una película surralista o con un guión que no hay por dónde cogerlo.

No hay comentarios: