22/1/08

S. O. S. (II)

Quizá me excedí ayer machacando a En el valle de Elah. Algunos, preocupados, me han pedido que rectifique. Obviamente no puedo hacerlo. Como mucho puedo citar alguna cosa más que me pareció digna de interés (leve).
En primer lugar me ratifico: no puedes vestir de trama policiaca una idea tan simple como la que expone Paul Haggis. Y ni siquiera una idea compleja si la trama policiaca es bastante ridícula en sí. Lo de las firmas en las facturas de las hamburguesas es el colmo.
En segundo lugar menciono un detalle que tiene su gracia y, quizá, algo de contenido. Tommy Lee Jones acude a la cama del chaval para leerle un cuento antes de dormir. El niño está con El león, la bruja y el armario. Tommy Lee Jones echa un vistazo al libro para ver qué puede interesarle al chaval. Después de un rato dice:
-No entiendo ni una sola palabra.
No sé si esa frase forma parte de la caracterización del personaje de Tommy Lee Jones o si es un sentimiento de Paul Haggis. Las consecuencias pueden ser pavorosas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajaja! Todos aquellos preocupados por S.O.S (I) seguro que con esta entrada están mucho más tranquilos. Da gracias a que no existe el bubotuber pus, porque si no, con la cantidad de partidarios que tiene esta película, tendrías que empezar a abrir todo tu correo con guantes. (no importa si no se entiende este comentario, es extremadamente friki).

Individuo Kane dijo...

¿Qué dices?
Me he portado bien, ¿no?
He admitido que la escena con Narnia me gustó. O, al menos, que me sugirió algo.