23/11/06

Spacey, director

Es una alegría comprobar que Kevin Spacey, además de buen actor, tiene ideas novedosas como director. Beyond the Sea me ha interesado más que Ray o En la cuerda floja. Admito que la música de estas últimas tenía más ritmo, más marcha. Pero Spacey tiene otra mirada que no se limita a repetir clichés de biopic. El inicio, con sus múltiples lecturas, es magistral. Al principio es un concierto de Bobby Darin, después parece que está haciendo una película, luego resulta que es la historia de sí mismo, ¿o es la propia película que Kevin Spacey está rodando sobre el cantante? Además hay dos Bobby Darin en escena: el adulto y el niño. ¿Es Bobby Darin hablando consigo mismo analizando cómo el niño se hizo hombre? ¿O es Kevin Spacey reflexionando sobre la mejor manera de filmar la vida de Bobby Darin? La utilización de los dos Bobby Darin ofrece otro resultado excepcional en el momento en que el gran secreto se revela: la hermana mira al cantante adulto, él se mira a sí mismo cuando era niño, el niño mira a su madre. Y hablan los 3 ¿o 4? y lo que dicen, claro, es intercambiable. La película no calará tanto entre el público porque no busca el drama ni los sentimientos de Ray o En la cuerda floja. Parece que Spacey se hubiese dicho: para narrar la vida de un músico se hace un musical. No un drama. Y desdramatiza casi todo. Me pareció sorprendente, por ejemplo, la pelea matrimonial. Ambos cónyuges compitiendo por ver quién deja al otro, quién sale antes de casa, quién se queda. Me parece triste que la crítica no se haya dado cuenta de las cualidades de esta película y me parece injusto que haya tardado dos años en estrenarse. Entre medias, Sandra Dee se ha muerto. No es una película imprescindible pero te la recomiendo si prefieres la sutilidad al efectismo. Mírala, escúchala. La gente oye lo que ve.

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