-¡Arriba excursionistas! ¡Hoy es el día de
la marmota! Preparaos, porque hace frío. ¡Mucho frío! ¿Dónde creías que
estabais? ¿En Florida?
2 de febrero. El día de la marmota.
Y si con estos datos aún no sabes de qué
peli estoy hablando (uy, sí, si la he puesto en el título de la entrada) es que
tienes un problema gordo, graves carencias cinéfilas y, probablemente,
trastornos emocionales.
¿Qué tiene esta tontada de peli? ¿Por qué se
hizo célebre? ¿Por qué la ha visto todo quisqui? ¿Por qué, aún hoy día, si la
echan en la tele, tiene un efecto similar al de Pretty Woman?
Yo no te voy a contestar. No me encargo de
resolver misterios. Pero creo que es una película que deja su poso, que no es
tan locamente divertida como se supone, pero sí que es levemente más profunda
de lo que se piensa.
Ese día-bucle, esa eterna repetición… ¿qué
vas a hacer con ella? En el fondo es lo mismo que tu vida cotidiana, mi vida
cotidiana, tan iguales siempre, tan aburridas. ¿Qué hacemos hoy? Gruñimos, nos
enfadamos, somos desagradables, nos rendimos. O sonreímos, nos divertimos,
ayudamos y nos enamoramos de una chica.
A Bill Murray le pareció mejor lo
segundo después de muchos intentos.
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