El tío más enfadado de Brooklyn tiene cita
con la médica más estresada de Brooklyn. Diagnóstico: le quedan 90 minutos de
vida.
Primero te doy la buena noticia: sólo dura
78 minutos.
La mala noticia es que, aunque se pueden
hacer cosas peores, tiene que ser a propósito.
Previsible, rutinaria, elemental, simple.
Simplona. Bueno, hay cierto morbo porque, teniendo en cuenta cómo murió Robin
Williams, una de las escenas tiene su cosa.
Si no vas a verla, tienes un motivo más para ser
feliz.
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