21/6/14

Fargo. Temporada 1

Tengo que retrasar los comentarios sobre cine porque ha terminado Fargo. Ya comentaré Trascendence mañana y Amanece en Edimburgo el lunes. Pero es que Fargo ha sido mucho más de lo que esperaba.
La serie está muy bien en cuanto logras olvidarte de la película, cuando decides dejar de buscar paralelismos y lugares comunes. Y haces bien porque, en realidad, es en el 1x08 cuando más se parece y, a partir de ahí, aún crece mucho más.
Pero Fargo es una serie muy buena porque también tiene mucho de No es país para viejos. Ese psicópata sin control que hace el mal sin motivo alguno, meramente por capricho. El Mal puro.
Martin Freeman como hombre mezquino dispuesto a hacer cualquier cosa (¡cualquier cosa!), Bob Odenkirk como sheriff palurdo, Colin Hanks como agente miedoso, Billy Bob Thornton como psicópata desatado y Allison Tolman, con más cerebro que toda la gente junta de Bemidji, Fargo y Duluth.
Hay muchas escenas logradísimas. Me quedo con ese tiroteo mientas suena la letanía de los santos del domingo de Resurreción (1x06) y con la visita de Malvo a la mafia de Fargo en la que sólo vemos el exterior del edificio mientras él va piso por piso matando a 22 personas (1x07).
Pero qué capítulo tan extraordinariamente tenso el 1x09. Todo él, de principio a fin, parece ir a estallar de un momento a otro.
Me gustó tanto como True Detective. Quizá más. Aquí hay más personajes, más psicologías, más historias entrelazadas. Y el nivel interpretativo también es grandioso.
El capítulo final es enormemente satisfactorio, evadiéndose de cualquier cliché y apelando por igual a la normalidad y al surrealismo.
Sí. Decididamente. Mejor que True Detective. O no. No sé. Por ahí. No. Mejor.
-Estoy confuso.
-Eso es bueno. Yo no.

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