Cuenta conmigo, para muchos, se convirtió en una película
de culto. A mí siempre me pareció bastante tonta, inverosímil, llena de
clichés. Que fuese cruda y bastante perra no hacía sino empeorarlo. Nunca supe
qué veía la gente en ella.
El fin de la inocencia, en cambio, sí me parece una película
seria, contundente e inteligente acerca del crecimiento en la adolescencia. También
hay cosas sacadas de quicio, poco creíbles en niños de esa edad (la procacidad
de Malee, el secuestro de la madre por parte de Leonard...). Pero no es el
cómo. Es el qué. Cuenta conmigo
no daba con el qué. El fin de la
inocencia sí. Michael Cuesta sabe muy bien lo que quiere contar.
4 de julio. La primera menstruación, los
problemas de sobrepeso, las manchas en la cara. La primera gran gamberrada, la
primera muerte de un amigo. El fin de la inocencia es el fin de la cabaña en el
bosque.
Me encanta esa escena en que el gordito
Leonard decide ponerse en forma, echa a correr, se cansa, vuelve la vista atrás
y... su casa está a 20 metros. Así de jorobada es la vida. Nuestras intenciones
y nuestros resultados, lo que queremos y lo que logramos, los deseos y la
impotencia para obtenerlos.
Malee, Jacob y Leonard. Sí, han crecido.
Pero aún tienen que crecer. Sólo entonces entenderán. Algún día.
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