2/6/14

Dos madres perfectas

La serie Cougar Town era una fantasía menopáusica para que las maduritas contemplaran las cosas con cierto humor. Supongo que el lío de veinteañero con cuarentona tiene dos posibilidades: tomárselo en plan de coña o tomárselo con normalidad.
Convertirlo en un supuesto drama (y por duplicado) que es lo que hace Dos madres perfectas resulta, simple y llanamente, una estupidez.
No sé. Tal vez el genio de Tolstoi hubiese podido sacar otra Ana Karenina. Tal vez Dostoievski hubiese realizado otra tragedia de conciencia. Quizá Orson Welles nos habría sumergido en un mundo inquietante o Hitchcock le hubiese aplicado el toque criminal.
Pero Anne Fontaine no es nada de eso. Es una señora que planta ahí sus frustraciones o sus sueños, así sin más. Porque todo ocurre caprichosamente. No hay motivos, ni evolución, ni razón, ni personajes perfilados... Pero es comprensible. Porque no se puede dar fondo a lo que no lo tiene.
Naomi Watts y Robin Wright entenderán que un año de retraso en el estreno no es raro. Es un favor a esta tontería en que se metieron.
Espero que no sea porque ya se sienten mayores.

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