12/8/09

Fotografía y localizaciones

Una de las muchas asignaturas pendientes del cine español es la dirección de fotografía. O la fotografía, de modo genérico. Los directores de fotografía españoles, cuando salen de la tierra patria y dirigen para un director extranjero, son capaces de hacer maravillas.
Pero aquí no se hace porque hay prisas: ya llegó la actriz, pon la cámara ahí, ilumina, rodando. Excepto Pedro Almodóvar y Gustavo Ron no hay directores que dediquen tiempo a planificar, fotografiar e iluminar como Dios manda.
Cuando vi Los abrazos rotos volvió a sorprenderme ese esmero de Almodóvar para que cada plano esté iluminado como él quiere.
Pero las localizaciones en Canarias me parecieron excesivas: demasiado contraste, demasiada fuerza en el color. Esas arenas eran demasiado negras, los perfiles demasiado agudos.
Y como estoy dando unas vueltecitas por Canarias (nunca había estado) me he sorprendido. Es verdad que en la película todo queda más bonito que en la realidad. Al menos a mí me lo parece y creo que debe ser así. Pero lo cierto es que Almodóvar no usa maquillaje digital, trucos de ordenador. Sólo iluminación adecuada.
Pues sí. La arena de la playa es negra, volcánica.
La verdad es que se me hace bastante raro.

2 comentarios:

e dijo...

eso de "salvo gustavo ron y almodovar" no es un poco del palo de "salvo las hamburguesas y el foie de canard"? al césar lo que es del césar, tampoco nos pongamos así. A iluminar enseñan los manuales de la carrera.

Individuo Kane dijo...

Obviamente cualquiera puede iluminar. Otra cosa es que se haga o se haga bien.
En serio: basta ver a Almodóvar o Ron y comparar con cualquier otra. Almodóvar y Ron usan colores, contrastes, atmósferas adecuadas a lo que se cuenta. Las demás, siempre, se ven a verdosos, grises, marrones porque no hay voluntad de fotografiar bien. No digo que no se sepa. Digo que no se hace. Porque, en opinión de los que dirigen así, queda más realista, más "auténtico", al mismo tiempo que ahorran presupuesto y tiempo.
Y, bien, digamos que es como lo de "segundas partes nunca fueron buenas". Hay excepciones pero no es lo habitual.