29/5/09

12

12 es, obviamente, un remake de 12 hombres sin piedad.
En versión rusa. Y eso lo cambia todo.
Hay cosas idénticas, como ese cuchillo raro que usa el asesino (imposible encontrar uno igual) y resulta que uno de los miembros del jurado ha comprado uno idéntico en un mercadillo. En 12 el cuchillo tiene otra historia, una cultura chechena a sus espaldas. No es lo mismo un cuchillo yanqui que un cuchillo checheno. Ni es igual la forma de utilizarlo.
Y las historias de los hombres del jurado no son las mismas. El alma rusa.
Pero lo que cambia auténticamente es el final. Nikita Mikhalkov se reserva un giro interesante, una pregunta, un ¿y qué?, una llamada a la responsabilidad ética personal y social que tiene su miga. Estoy de acuerdo con el miembro del jurado que libera al pájaro, con lo que dice y lo que propone. Pero lo curioso fueron las reacciones de los miembros del jurado ante la inesperada sugerencia.
Hay quien plagia lo que puede y hay quien interpreta a lo grande.

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