21/2/09

Push

Se trata de otra película de superhéroes sin pijama. Como Jumper, como Hancock.
Como Héroes que, por ser la primera, se lleva todo el mérito.
Me lo pasé muy bien con Push. Me da igual que no sigan contando la historia de Jumper. Si se olvidan de esa franquicia para siempre no me importará. Pero sí me gustaría saber cómo continúa Push.
Está bien dirigida y montada, con aire de realismo sucio, fotografía granulada y una imagen decadente de Hong Kong bastante interesante. El guión es un tanto tramposillo pero han sabido mantener la tensión con esa maleta en plan McGuffin.
Y está Dakota Fanning. La niña les comió la merienda a Denzel Washington en El fuego de la venganza, a Tom Cruise en La guerra de los mundos y a Robert de Niro en El escondite. Aquí, ya adolescente, no tiene ningún problema para robar todo el protagonismo a un Chris Evans y a una Camilla Belle que, a su lado, parecen meros comparsas.
Si quieres descansar de películas sesudas, supuestamente sesudas, pseudo-sesudas y de grandes producciones nominadas a los Oscar (que no son para tanto), Push es un entretenimiento sin pretensiones de lo más refrescante.
¡Ah! Me gusta, sobre todo, porque, a diferencia de Héroes, los buenos no son unos pijos. En Héroes, a la larga, sólo sobreviven los pijos. Aquí los buenos son tíos de la calle: un pringado solitario, una adolescente borracha, un timador de tres al cuarto...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Dakota, joé cómo crecen.
No creo que nadie necesite descansar este año de películas sesudas ni de superproducciones, pero la apunto para bajarla cuando ese día llegue.

Individuo Kane dijo...

No sé si te va a gustar. A mí me interesa sobre todo por ese modo de dar la vuelta a los roles sociales de los personajes y porque no tienen que salvar el mundo: simplemente quieren una maleta.
Me gustan esas películas que, aun sin ser la caña, tienen una visión distinta de los cánones.

Individuo Kane dijo...

Superproducciones me refiero a "El curioso caso de Benjamin Button" (150 millones de dólares).
Por supuestamente sesudas me refiero a "El desafío: Frost contra Nixon" y "Yo soy Harvey Milk", películas en las que la crítica ha encontrado quintaesencias de ideales americanos y que no pasan de ser una pequeña patochadilla.