13/9/07

Cuando naces... ya no puedes esconderte

Imagino que más de uno (y de dos) se habrá acercado a ver esta película pensando que se trataba de un remake de Capitanes intrépidos, una adaptación de la historieta de Spencer Tracy a los tiempos modernos, con inmigrantes en pateras y niños ricos que descubren la vida.
La película es mucho más. Por suerte. No hay en ella nada de sentimental. La maduración de Sandro no se produce por una sucesión de palabras bonitas. Es un mazazo que él estaba predispuesto a recibir. Sandro tiene preguntas en la cabeza, dudas, la dificultad propia de la adolescencia para comprender el mundo. Y madura en el mismo instante en que descubre que tendrá esas preguntas y dudas para siempre.
La última secuencia, conducida casi sin palabras, es realmente impactante. Bueno, a mí me impacto. Porque no da respuestas (nadie las puede dar) y porque Alina, Radu y Sandro reflejan toda Europa, sus opciones, las dificultades, el panorama tan complejo que tenemos por delante. Alina, comiendo un trozo del bocadillo, es una metáfora magnífica.
Un trozo de tu pan. Probemos.
Marco Tullio Giordana tiene ideas. No acaba de convencerme su estética documental pero le seguiré la pista.

No hay comentarios: