23/3/07

Kops

El atractivo de Kops reside en su cotidianeidad rellena de momentos surrealistas. Los policías de un pueblecillo sueco van a ser trasladados pues nunca hay crímenes. Ellos se han acostumbrado a jugar al póquer con las abuelitas, a hacer ganchillo… Así que, al comprobar que está en peligro su vida apacible, deciden provocar una serie de delitos. El resultado es catastrófico. Eva Röse es la inspectora venida de fuera para ver qué se está cociendo y la única que aporta cordura a una película dominada por situaciones esperpénticas. Hay un poli (Torkel Petersson) que se cree Bruce Willis, flipa en inglés y entra en su casa como si estuviese en Misión: Imposible. Sus viajes imaginativos son divertidísimos. La penúltima secuencia es de un marrón que no te lo puedes creer.
Dentro del género de comedia descerebrada es la única que me ha hecho reir.

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