Matan
a la mujer de Grey y él queda tetrapléjico. El multimillonario Eron
Keen le ofrece un chip que puede devolverle la movilidad. Pero el
chip puede hacer bastante más que eso. Se llama Stem.
No
me adapté bien a la disonancia entre el universo futurista y el más
normal. No es sólo una diferencia entre ricos y pobres. Hay un
problema de coherencia tecnológica en algunas escenas. Las
sociedades no se desarrollan así. Dejando eso al margen el resto me
pareció un buen entretenimiento.
La
primera vez que vemos a Stem en acción resulta una de esas
combinaciones de humor y violencia que se consiguen pocas veces. En
cada escena de lucha le sacan partido con alguna ocurrencia novedosa.
A
grandes rasgos me parece una historia decente, bien rodada sin tener
un gran presupuesto y bien montada. La fotografía es un poco rarita
y no acabo de entender lo de la hacker.
Como
la trama se desarrolla de un modo tan liviano e incluso cómico en
ocasiones, sorprende ese final tan poco optimista. Pero es buen
final.
Leigh
Whannell se desempeña bien en la dirección. Peor que en El hombre invisible, mejor que en Hombre lobo.
Logan Marshall-Green tiene el protagonismo casi absoluto y
cumple con el cometido.
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