Es
una película muy redonda, bien equilibrada. Hay suspense, acción,
drama, comedia, peleas de broma, peleas bestias, tiros, momentos
pausados… El montaje logra el ritmo adecuado y todo está bien
engrasado.
Han
construido un universo muy interesante que, en mi opinión, merece
ser explorado en más películas. Digamos que El contable
pudo quedarse en solitario tal y como estaba. Pero esta segunda parte
abre el panorama con varios elementos a tener en cuenta. En primer
lugar, desde luego, la relación entre los dos hermanos. El propio
desarrollo casi exige que sepamos más cosas de ellos y que les
veamos en más escenas de lucha juntos. En segundo lugar están esos
niños hackers
que, sin una sola palabra, logran transmitir un montón de emociones.
Y de ellos también nos gustaría saber bastante más.
También
está Anaïs. Un personaje entre bambalinas pero muy decisivo y que,
aun cerrando su arco, está pidiendo a gritos más exploración.
La
dirección es eficaz. Nada llamativa pero solvente. Sí llama la
atención la banda sonora. Arriesga con estilos poco habituales en
las escenas de acción. El arranque de la película es una maravilla
gracias, sobre todo, a la música elegida para acompañarla. Otras
secuencias como la del baile country
son innecesarias pero humanizan un poco al personaje de Affleck,
rompe la narración para ofrecer un descanso y no deja que se pierda
el ritmo.
Jon
Bernthal.
Ya lo mencioné el otro día con Amateur.
Este hombre necesita ser el protagonista de una peli. Aquí aparece a la media hora pero luego se come la pantalla.
Muy
bien. Un thriller
por encima de la media.
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