29/4/25

Ash

Otra de ciencia-ficción en la que me la juegan.
Nada más comenzar la película una mujer despierta y se mira con atención las manos. No sé si la intención del director es darnos ya, desde el primer momento, una pista decisiva. Si es así me parece un error. Personalmente supe lo que estaba pasando. Sólo los bebés, cobrando conciencia de sí mismos, se miran así las manos.
Riya (Eiza González) despierta en la nave espacial, aposentada sobre un planeta. El resto de la tripulación está muerta. Poco después llega Brion (Aaron Paul) que estaba en órbita.
La idea da para un corto. Dura hora y media ajustada pero le sobra metraje, le sobran pasillos caminando, le sobran conversaciones sin sentido. Hay un momento en que debaten si quedarse y morir o subir a órbita y vivir. Una decisión con una sola posibilidad que discuten de modo absurdo durante minutos y minutos.
Hubo un momento, la tecnología extraterrestre, en que pensé que ahí estaba, al fin, el núcleo de la trama. Pero resulta que, después de mostrarnos algo tan alucinante se olvidan de ello.
A alguien se le ocurre que el desarrollo adecuado es plagiar (mal) a Alien (otra vez) y servir unas cuantas escenas sangrientas más aburridas que perturbadoras.
Lo mejor: el robotito médico japonés. Qué coña tiene.
Mala.

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