Gil
y Art regresan al pueblo. Gil espera que su novia Rose le esté
esperando pero no es así. La muerte de un ganadero hace que se forme
un grupo de linchamiento.
Es
un western
muy extraño porque no es un western.
Es una película de juicios muy extraña porque no hay juicios. Y es
un romance muy extraño porque no hay romance.
Cuando
veo esta película siento que me muevo en el terreno de la
abstracción. El universo del western
me ubica en un espacio y un tiempo, pero todo lo demás se mueve en
el terreno de las ideas, en el indefinido terreno de la conciencia.
Primero
presenciamos a ese numeroso grupo de gente decidida a linchar a
alguien. El debate no es un juicio: el debate es si debe haber juicio
o no. Y cuando deciden que es más práctico el linchamiento cada
persona tiene sus propias sinrazones. La pura inconsciencia, la pura
diversión, el deseo de venganza, el puro odio, el odio que desea
transmitirse a otro, la mujer que está allí para actuar como los
hombres, los que hacen lo que dice la mayoría… Y también está un
grupo minoritario que se opone a ese linchamiento.
Los
últimos momentos serán para las consecuencias. Para la carga de
culpabilidad eterna.
William
Wellman
dejó en 75 minutos una película de una originalidad y de una
potencia sorprendente. Hay muchísimos buenos diálogos y muchos
buenos planos. Para mí hay dos inolvidables. El primero es la
aparición, breve y súbita de Rose. El modo en que reacciona el
grupo de linchamiento ante su presencia. Rose es como una
diosa del
caos: seduce y no le importa la destrucción que deja tras de sí. El
segundo plano es ese momento en que Henry
Fonda
lee la carta pero no vemos sus ojos porque el ala del sombrero de
Harry
Morgan
nos los oculta.
Vuelvo
a esa diligencia que lleva a Rose. Es una subtrama que una mirada
ligera puede considerar superflua. Pero ahí caben tantas
interpretaciones… Acentúa ese nivel de abstracción, de extrañeza,
Rose y Gil no se dicen ni una palabra pero la sensación es que han
tenido una larga conversación, ella llega sin razón, deja a sus
espaldas sentimientos revueltos, un herido de bala incidental y
desaparece.
Película
tan breve como profunda. Hay muchísimo que rascar ahí.
Clint
Eastwood
dice que es su película favorita. Y tiene mucho sentido cuando
ves su filmografía.