Estoy
en conflicto. Siempre me han gustado los símbolos y cualquier obra
de arte se sustenta en ellos. Desde el estilo utilizado al
significado profundo todo es símbolo. En esta ocasión los Predator
son los guerreros alienígenas de siempre pero, al mismo tiempo, son
símbolos de otra cosa.
Tiene
cosas buenísimas pero no sé si acaba de gustarme el hecho de que
los Predator sean algo más de lo que son: puros
guerreros.
En
la primera historia simbolizan el monstruo de la venganza. Ursa, hija
de Einar, guerrera vikinga, alberga en su corazón una sola idea:
vengar la muerte del padre. La venganza la consume. Matar al Predator
será librarse del monstruo, detener esa violencia que engendra
violencia.
La
segunda historia, en Japón, recuerda mucho a La casa de las
dagas voladoras. Aquí el símbolo es cuasi freudiano y justo
lo contrario del anterior: matar al padre pero por lealtad hacia el
hermano. Es liberarse de la frustración y miedo que heredaron de un
padre violento.
La
tercera historia transcurre en la II Guerra Mundial. El Predator
viene a ser el obstáculo que es preciso superar para madurar.
La
cuarta historia. No me gusta. Hay demasiadas cosas sin explicar,
caprichosas. ¿Viajes en el tiempo? ¿Estasis? ¿Por qué
despertarles a ellos tres? ¿Por qué se detuvo la explosión del
collar? ¿Cómo escapas de las entrañas del monstruo? ¿Cómo
pilotas una nave alien? ¿También está Naru?
Si
atrapan tan fácil a los guerreros, ¿por qué no lo hicieron a la
primera?
No
sé por qué eligieron la animación pero muy bueno el dibujo y el
estilo. Más allá de la violencia tiene imágenes muy artísticas.
Me gusta menos la animación sincopada ocasional (tampoco veo sentido
a eso).
Predator
(y Alien) nos dan productos de todo tipo. De los muy
buenos a los muy malos. Este se encuentra bastante arriba en la
escala pero necesita explicaciones. Tal vez más adelante, pero
espero que no nos encaminemos a otro Predators. Como
película cerrada tiene algunos fallos. Casi mejor haber suprimido la
cuarta historia.
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