17/8/25

Materialistas

-Me gustaría que tuviera una increíble, absurda y extrema riqueza.
El género romántico está bien lejos de mis intereses. Suelo huir de él. Pero me puse a verla porque dirige Celine Song y Song dirigió una de las mejores películas de 2023: Vidas pasadas.
Seguimos a Lucy, que trabaja como casamentera en la empresa Adore.
Materialistas, por su propio título, sonaba frívola, ligera. Pero la directora tiene profundidad, da vueltas a las relaciones de pareja, a eso que llamamos amor.
Lucy es bastante realista, sabe evaluar, plantea las cosas a los clientes de modo racional. También lo es en su vida privada, en sus relaciones. Una agresión de un cliente a una cliente hace que ella se conmueva, que vacile, que dude de lo que hace. Un acto realista le hace dudar de su realismo y objetividad. Comienza a ver sólo lo negativo. Y eso afecta a su vida personal, a la relación que tiene con Harry. Empieza a ver la delgada línea que separa a una casamentera de una celestina. Sophie lo dice con claridad: proxeneta.
Estamos en un mundo en el que queremos personalizar un esposo o una esposa, el ser perfecto con atributos perfectos. El matrimonio como un trato comercial en el que conviene que exista el amor. Todo se reduce a dinero, edad, estatura. Las cirugías como una inversión para recuperar un valor corporal. Estatura de los varones, tan determinante.
Song muestra una sociedad que no sabe amar, no quiere amar. No puede amar.
Me gusta la secuencia de la conversación con la jefa mientras detrás, otras empleadas, brincan de alegría. Me gusta el despertar de John en un piso cutre con compañeros de piso cutres y el despertar de Lucy en una casa de 12 millones.
El apartado técnico. Celine Song está mucho más segura en el uso de la cámara. No es sólo que tenga más dinero. No seamos materialistas. En Vidas pasadas movía la cámara sin ton ni son. Ahora la mueve cuando debe y realiza con ella algún juego interesante en momentos oportunos. Ha perdido algo de simbolismo y sugerencias sutiles. Es más directa. Quizá la peli lo exige porque su protagonista es así: directa, fría, calculadora.
Abre con una secuencia en el Paleolítico. ¿Cursi? Sí. Pero también muy elocuente. Una escena que llevaremos con nosotros durante un metraje mayormente cínico, un ancla emocional de esperanza. Porque desde la primera pareja cavernícola hasta esta tarde, todo el mundo tiene un deseo, una pulsión, de envejecer al lado de quien ama. Para siempre. Con sus arrugas, canas, cambiándose los pañales mutuamente, enterrando al otro.
No es tan brillante como Vidas contadas pero sigue siendo bastante buena. Estaré atento a lo siguiente de Song.

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