-Los
Ángeles.
-Ah.
La
primera escena de escalada está tan bien planificada que ya te dan
ganas de quedarte. Y ese análisis pre-forense, con el cadáver en el
aire, me pareció una combinación increíble de delicadeza y morbo.
Me
gustó mucho el primer capítulo. Una elegante
mezcla de calma y suspense para presentarte a los personajes, sus
dramas y sus relaciones. Pensé que ya estaba, que ojalá hubiese
retrasado aún más la presentación de esa gente porque ahora ya
sólo quedaba la resolución del caso. Pero no es así. Aún hay más
gente, más complejidad en las relaciones, un guion que no tiene
miedo de escribir bien a cada secundario que aparece.
Curiosamente
lo que peor funciona es la trama detectivesca en sí. Hay muchas
cosas demasiado simples o clichés, especialmente una de las
resoluciones. Y lo estaba temiendo. Hubiese preferido que fuese un
completo desconocido que se sacan de la manga. No me gusta porque
creo que es forzado y no era necesario.
Interesa
mucho más el drama, todas esas personas
que viven en un espacio natural, en eso que llamamos civilización
pero con un pie en lo salvaje, toda una metáfora de los
humanos que pretendemos ser pero nos comportamos como animales. Está
el instinto, están los traumas que nos marcan de por vida, está el
deseo de lo primario pero también el de elevarnos sobre nuestra
naturaleza más baja. O al revés.
Y
si te gustan los paisajes no te prives. Escenarios alucinantes.
Imagino
que el Servicio de Parques Nacionales (DSI) es algo así como una
Guardia Civil especializada en bosques. Y los guardabosques los miran
mal. Sin embargo Kyle (Eric
Bana)
del DSI tendrá que colaborar con la novata guardabosques Naya (Lily
Santiago)
que le asigna Sam
Neill
para desenmarañar qué hay detrás de la muerte de una chica.
Buena.
Ojalá hubiesen trabajado más lo policial, pero aun así la
recomiendo.
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