
-Ah, ya sé. Ha hecho una de vampiros que se titula Somos la noche.
Y es así como te encuentras, a veces, con curiosidades raras, variaciones interesantes. Tres vampiresas se han merendado un avión pero lo que buscan es incorporar a una cuarta a sus habitaciones privadas. Resulta ser una ladrona de la calle con un amigo policía.
La noche. El precio que hay que pagar por la inmortalidad. El sol, la pérdida de los seres que quieres, el amor. Soledad por encima de todo. ¿Quién quiere la inmortalidad?
Ni tan original ni tan lograda como Déjame entrar, pero otra perspectiva curiosa sobre los vampiros llegada desde el realismo alemán.
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