
¿Por qué? Porque Cars es una máquina vendiendo productos de merchandising. A los niños les encanta Rayo McQueen, Tom Mate (desde ahora Sir Tom Mate), Sally y todos esos cochecitos y cochecitas. Y se venden como churros.
Pero eso no quita para que Rayo McQueen sea también Rollo McQueen.
Dicho lo anterior, sin negar que Cars o Cars 2 sean un bajón en Pixar, siguen siendo un subidón para cualquier otro. Técnicamente fabulosos y con ocurrencias originales. ¿Cómo dibujo una japonesa con kimono en modelo coche? Voilà. ¿Y cómo dibujo una mamma italiana en modelo coche? Voilà. ¿Y a la reina de Inglaterra? Voilà. Los circuitos son una delicia y el prólogo a lo James Bond está muy bien.
Pero las ocurrencias no son la película.
Rollo McQueen. Sólo para peques.
Y para eso ya está Disney. No Pixar.
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