
No todo lo que hacen los hermanos Coen me agrada. Pero les reconozco algo: incluso cuando se les va la pinza, saben controlarse.
Por supuesto El gran Lebowski es el gran ejemplo. Una película marciana donde las haya que, vete tú a saber por qué, funciona con precisión. El Nota y sus colegas de bolera juegan en el precipicio del absurdo sin caerse por el borde. Como las cenizas de Donny, se quedan en tierra.
También es cierto que, si tienes a Jeff Bridges, John Goodman, Steve Buscemi, Julianne Moore, John Turturro y Philip Seymour Hoffman, juegas bastante sobre seguro.
-Supongo que es así como la condenada comedia humana se va perpetuando.
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