Esta
vez cogieron el toro de la actualidad por los cuernos y arrancan con
la guerra en Ucrania y con la consecuencia lógica: el tráfico de
personas a través de las fronteras. A los polacos les mientas la
bicha de Bielorrusia y ya tienen el malo.
No
me gustó esta temporada. Ya sabíamos que Katarzyna
Zawieja
siempre toma malas decisiones personales y muy buenas en lo
profesional, hasta que las pifias de lo primero afectan a lo segundo.
Pero esto que formaba parte del carácter de la inspectora en la primera temporada ahora me parece una excusa para que todo el
mundo tome decisiones
incorrectas y que todo valga.
Un
ejemplo: la
inspectora
está sonsacando a un tipo donde está la niña. El tipo va a
contárselo porque tampoco tiene razones para ocultarlo. Entonces
llegan otros polis y se llevan al detenido. O tirotear la casa
pudiendo matar a quien no quieren matar. Cosas como éstas
hay muchísimas. Todo el mundo parece empeñado en hacer las cosas
del modo más incongruente posible.
La
parte personal no me interesó nada. Nada. Ya tuvimos la primera
temporada para tratar el tema del suicidio/accidente/asesinato del
esposo que la dejó viuda. Seguir con el
trauma
es agotador.
La
parte de la investigación tiene algo más de interés, pero en lugar
de ser un avance progresivo, como en la primera sesión, ahora entra
en bucle, interrogando una y otra vez a los mismo personajes, dando
vueltas en círculos porque, claro, a la primera (y la segunda y la
tercera) se callaron cosas.
El
nivel de producción sigue siendo bastante apañado y
la atmósfera fría me sigue pareciendo su punto más fuerte,
pero el guion es excesivamente farragoso aun siendo bastante básico.
No
se han molestado en trabajarlo en serio. El final muy bobo, más aún
por estar revestido de drama. Ridículo.
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