Mala
traducción del título al español. No es que yo sepa checo ni
eslovaco, pero basta con una búsqueda en Google para comprobar que
Vlny
significa onda y ola. El título Onda le habría venido bien: ondas
de radio y ondas de cambio, vaivenes políticos, olas que van y
vienen en el tiempo.
Radio
Checoslovaquia. 1967. Milan Weiner dirige la sección Vida
Internacional. Un tipo con las mayores agallas de la Unión
Soviética. Un periodista que sabía lo que era el periodismo, que
contrastaba fuentes, buscaba la verdad y hacía frente al poder. Día,
tras día, tras día. En un equilibrio casi imposible contra la
censura. Jugándose el trabajo y la vida. No se vendía a nadie. Con
pósteres de Bob
Dylan
y The
Rolling Stones
en la pared.
En
fin: imposible encontrar eso en la actualidad. No he visto ni un
medio de comunicación que reseñara esta película. Y es muy buena.
Cuenta
los meses del efímero sueño de Dubcek y la Primavera de Praga.
Su
voluntad de ajustarse a la Historia hace que los acontecimientos
ocurran demasiado deprisa, anteponiendo los hechos al drama. Pero aun
así encuentra el modo de dramatizar la acción en unos pocos
personajes que den sentido al contenido fílmico.
Me
parece muy osado situarnos en el punto de vista del topo, un espía
que no quiere serlo, un tipo chantajeado por el poder. Si Milan juega
en el equilibrio de la información pública, Tomá juega su propio
equilibrio con la información secreta.
Muy
logrado, tenso, su tramo final, cómo se narra el último comunicado
de la radio “libre” mientras la Unión Soviética invade
Checoslovaquia.
Dentro
de su asumido convencionalismo está muy bien montada, con un ritmo
preciso y una puesta en escena meritoria.
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