
Luego, bueno. Lo de siempre. Una apuesta por la irracionalidad, una crítica feroz a la lógica y al conocimiento científico, un desprecio por lo material, lo que nos constriñe, nuestro apego por los datos, lo físico. Y no. Él propone el instinto, lo animal, la inspiración del momento. Esa secuencia en que la razón muere a los pies de un caballo es un resumen estremecedor.
¡Ay, von Trier! ¡Qué listo eres y qué ladino! Provocador e inconformista. Agitador y sugerente. Nihilista y fatalista.
Y ahí estoy yo, cayendo una vez más en tus garras. Porque aunque no esté de acuerdo con tus propuestas, debo reconocer que las planteas con ingenio. Con mucho ingenio.
Muy majete Von Trier. Peliculón. Para ver en sesión continua con El árbol de la vida
ResponderEliminarEso mismo leí en alguna crítica: doble sesión para un tratamiento bipolar.
ResponderEliminar