6/7/20

Hamilton


¿Se puede hacer un musical sobre el primer Secretario del Tesoro de Estados Unidos? Me imagino las caras de los productores cuando Lin-Manuel Miranda les fue con la idea. Y con mayoría de cantantes negros e hispanos. Y con mucho rap.
Pues se puede. Una prueba de que el Arte puede tocar cualquier tema. Hamilton no tenía razones para salir de los escenarios de Broadway durante los próximos 30 o 50 años. Así que tenerlo disponible en una filmación es un auténtico lujo.
Desde el principio conocemos a Alexander Hamilton y Aaron Burr. No es espoiler, es historia: el segundo matará en duelo al primero. Y de ahí hacen surgir la historia de los inicios de Estados Unidos, la guerra de la Independencia, George Washington, la constitución, los Papeles Federalistas, las bases de la política económica americana… ¿A que suena a poesía, a pura música? ¿No? Pues no te preocupes porque lo es.
Un musical dramático con ajustados momentos de humor. Hamilton y su esposa, Hamilton y la política. Todo tiene contenido y sentido. Es cierto que a muchos les puede resultar demasiado pop, un musical para masas, sin las grandes voces de otros musicales de más envergadura. Y tienen razón. No es uno de los grandes musicales ni por sus voces ni por su espectacularidad. Pero es apropiada en su tono y, con las licencias lógicas, una lección de Historia presentada de modo atractivo. Jonathan Groff como el rey Jorge se sale. Divertidísimo. Nadie lo diría viéndole en Mindhunter.
La filmación me parece correcta pero nada más. Se podía (se debía) sacar más partido a las coreografías. Aun así son 160 minutos que no pesan lo más mínimo.

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