Hace
poco comenté Valentine, venganza oscura, peli
indonesia de superhéroes. No era gran cosa. Pero la industria cinematográfica
indonesia ha decidido apostar por los superhéroes y tiene productos de cierta calidad.
Dicen que les dejan los extraterrestres a Hollywood, que ellos se encargarán de
la corrupción de aquí.
Gundala arranca como puro neorrealismo y sus
primeros minutos son bastante dramáticos y tristes. Sancaka, el niño, perderá a
su padre, apuñalado en una manifestación, y un año después su madre desaparece.
Huérfano, sin recursos, vive en las calles como puede. Apenas hay rastros que
apunten al género súper durante casi una hora.
Dramática,
fuerte, buena planificación, algunas escenas realmente poderosas. La cuestión
social está muy presente. Es violenta de modo realista (no como la estilización
americana), a veces incluso de mucha crudeza.
Por
desgracia también se pone muy pesada con las peleas interminables. Siguiendo a
Marvel y DC se vuelve muy repetitiva, demasiado larga y, para mi gusto, algo
cansina.
La
cuestión es que, respetando ciertos códigos, se agradece una perspectiva
distinta. Fantasiosa en sus héroes, villanos, fines y artilugios (esa droga
supresora de la moral) pero menos infantiloide que los productos de sus
adláteres yanquis. Lo cierto es que cuesta adaptarse a esa mezcla de crudo
realismo y fantasía.
El
final no está afinado. Llega demasiado abruptamente, sin épica. Entre los
títulos de crédito también incluye escenas que auguran una segunda parte.
Bastante
apañada aunque a veces resulte extraña.
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