A
Danis Tanovic le regalaron un Oscar en 2002 con su En tierra de nadie. Una peli que no
estaba mal, que se sobrevaloró por el momento histórico y que hoy en día apenas
tiene trascendencia.
Con
aquella película me pasa lo mismo que con ésta. Me parece que coge el rábano
por las hojas, que circula por la cuneta cuando podría hacerlo cómodamente por
el centro de la carretera.
Un
padre (Jeffrey Dean Morgan) investiga la muerte de su hija y yerno,
asesinados durante su luna de miel en Londres, víctimas de un asesino en serie
por Europa. En Estocolmo le ayudará una periodista (Cush Jumbo).
En
mi opinión no funcionan bien ni la investigación ni el drama. Tanovic es
ambicioso con ese rodaje europeo (Inglaterra, Alemania, Suecia…). Cada vez aparecen
más polis, más gente y se pierde cualquier profundidad en los personajes. Busca
el drama con personajes que sufren mucho y se emborrachan y gritan, pero eso no
nos hace entenderlos mejor.
Y
la investigación… Hay un momento que me gustó, un pequeño giro. Lo demás es
excesivamente funcional, prefabricado y tosco. Los polis suecos quedan fatal,
más perdidos que un comunista en 1990.
El
cierre final llega donde tiene que llegar, por suerte, pero la coda, ese
epílogo, no, por favor. Ya le digo a Tanovic que si quiere estirar por
ahí que no cuente conmigo.