-¿Somos
ricas? ¿Somos ricas?
Estamos
viendo unas cuantas grandes pelis en estas últimas semanas. Puñales por la espalda no es una
obra maestra del cine, pero es una buena película de entretenimiento.
Entretenimiento de calidad.
Un
guión bien escrito, un montaje juguetón, una planificación esmerada, buenas
interpretaciones y un humor elegante, un poco extraño.
La
historia viene a ser un relato en plan Agatha Christie actualizado a los
tiempos modernos. Una mansión, una familia rica, el ama de llaves, la
enfermera, un suicidio… O lo que parece un suicidio. Porque un detective
privado, Benoit Blanc, recibe anónimamente el encargo de investigarlo. ¿Cómo
murió realmente Harlan Thrombey? ¿Quién lo hizo? ¿Quién encargó la
investigación?
El
director arriesga. Antes de que pase una hora sabemos la identidad del homicida
y todo parece aclarado. Sin embargo es a partir de ahí cuando la historia se
vuelve más interesante, más divertida y lleva a un desenlace con un giro muy
bien hilvanado. Y nada es lo que parecía. Eso de que Marta Cabrera no pueda mentir (porque si mienta, vomita) es una idea que da muchísimo juego.
El
protagonismo recae en Daniel Craig y Ana de Armas, ambos
espléndidos. El resto del reparto coral no tiene tanta cancha pero apoya eficazmente con unos personajes bien construidos que se dispensan puñaladas traperas: Jamie
Lee Curtis, Toni Collette, Michael Shannon, Don Johnson,
Chris Evans, Christopher Plummer…
Rian Johnson se mide mucho en su
retrato, siempre al borde de la parodia pero sin cargar la mano y evitando el
absurdo. Tiene en las manos un guión ingenioso y sabe sacarle partido.