-Si
vas a imitar a Lili Cassen imítala de verdad.
Carlos Vermut desarrolla una
historia bastante perturbadora. Me recuerda en muchos aspectos a Cisne negro, pero Quién te cantará está mucho mejor
llevada. Menos obvia, más sutil, con más interpretaciones. Es decir: más
inteligente.
Es
perturbadora no sólo por su protagonista, Lili Cassen, y sus circunstancias
sino también en todos los personajes que aparecen. Es perturbadora la relación
de Violeta con su hija Marta y lo es el plan de la agente y lo que desencadena
y los secretismos que se originan. Hasta los secundarios ocasionales (ese
vendedor de muñecos) tienen algo de perturbador. La estética del director es
muy acorde y crea una atmósfera inquietante, un ritmo lento, un clima de
extrañeza angustiada.
También
es un ejemplo de cómo sacar partido a un presupuesto escaso, convirtiendo los
pocos escenarios en lugares claustrofóbicos, aunque sea una casa enorme.
No
todo me gusta en su puesta en escena. Cámara lenta, algún artificio
sobredimensionado… Digo esto por ponerme exigente y tal vez no debería porque hay mucho cine en esta historia. Mucho más del
que suele verse en el cine español.
Me
gusta esa escena en que Lili llora y Violeta ríe, pero ambas están en sintonía.
Y esa escena de Marta buscando una bofetada me recordó a la de Stephen Dorf
buscando pelea en True Detective.
Mecanismos desesperados de redención.
Para
los que gusten del cine en el que las cosas se cuecen a fuego lento.
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