Si
hace poco Robert Redford nos ofrecía la historia real de un octogenario
delincuente, ahora Clint Eastwood hace lo propio. Merece la pena compararlas
por los distintos enfoques. La primera mostraba el misterio del personaje, la
segunda las razones. Supongo que la gente no valora la de Redofrd porque
quiere que le expliquen todo, pero ambas me gustan cada una en su muy diferente
estilo.
Aunque,
claro, Clint sólo hay uno. Un horticultor que vende flores en su
camioneta y a quien internet le está hundiendo. Jamás le han puesto una multa.
El tipo ideal para que, en vez de transportar flores, transporte droga.
Y
Clint Eastwood hace eso que sabe hacer tan bien: describir la relación
del personaje principal con los secundarios. Con su esposa, hija, nieta,
amigos, narcotraficantes. Todos le ven de un modo diferente.
Muy
buena esa escena en que explica por qué ama las flores y su esposa le replica
que la familia era exactamente lo mismo pero no puso el mismo empeño. En
realidad hay muchas de esas escenas, intimistas, que desarrollan magníficamente
el carácter de los personajes.
También
está ese humor en medio del drama (los teléfonos móviles, la chica motera…).
Le
falta algo para estar a la altura de sus mejores películas. O, mejor dicho, le
sobra metraje. En su tramo central quiere aportar más tensión prolongando los
conflictos en los viajes y no lo logra. Es más interesante en los conflictos
familiares.
Es
entretenida y está bien realizada pero ahí está la cosa: de Clint Eastwood
esperamos más fuerza dramática, un fondo más contundente.
En
cualquier caso, viendo el reparto del que se rodea, está claro que cualquier
actor o actriz de Hollywood se pone a sus pies para lo que él diga.
1 comentario:
Tiene muy buena pinta esta película. La veré si la consigo. Gracias, Gustavo
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