26/9/18

Mi querida cofradía


-Ay, María Auxiliadora. Si no fuera por mujeres como tú y como yo, no sé qué sería de todo esto.
Nunca he sido cofrade (Dios me libre) pero tengo muchos amigos cofrades. Y es divertidísimo ver la pasión con que viven su querida cofradía. El mismo grado de fanatismo que otros ponen en defender lo indefendible: la independencia de Cataluña, la originalidad de la tesis de Pedro Sánchez o mi equipo es el mejor. Tiene mucho de gracioso, algo de patético y te deja pensando: qué carajo le ha pasado a esta gente en la cabeza para que pongan tanto empeño en algo que importa un pimiento al resto de la Humanidad.
La película lo clava… y se queda corta. Es demasiado sencilla, como si temiese cargar la mano y exagerar, pero se agradece que todos los gags y clichés del mundo formen parte de un guión. El acierto es centrar el enredo en el “accidente” y dejar la cofradía en el perímetro, surtiendo de chistes cuando hace falta.
Por lo demás es muy elemental, localista por entero (imposible exportar esto) y de consumo fácil. Graciosa, con un par de puntazos realmente buenos. Pero no pasa de ser un spin off de Allí abajo (ya tienen a Rocío Molina). Y mejor me callo porque igual hacen una serie. Y eso sí daría miedo.

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