Ella
(Emma Stone) adicta a pastillas, él (Jonah Hill) esquizofrénico.
Deciden entrar en un ensayo clínico.
-Mi
objetivo es erradicar todas las formas innecesarias e ineficientes del dolor
humano. Para siempre. Todos debemos superar el sufrimiento.
Cary Joji
Fukunaga
filma su versión quijotesca levemente futurista.
Es
una de esas series que arriesga, se la juega, busca nuevos derroteros. Y, a
veces, la pifia. Se le va de las manos. Pero prefiero eso a los
convencionalismos habituales. El guión es imprevisible, jamás sabes qué
ocurrirá a continuación.
Fukunaga juega con muchos
elementos e ideas. Algunas son ideas grandes, presentes en toda la narración: la
soledad, el dolor por la pérdida, la identidad, las contradicciones humanas
entre razón y sentimientos. Otras ideas están en pequeñas cosas: El Quijote,
los propios problemas de una Inteligencia Artificial, el alquiler de amigos y
publiamigos. Al mismo tiempo juega con múltiples referencias cinematográficas,
géneros y estilos. Y hay decenas de pequeños detalles auto-referenciales que pillo y, por tanto, seguro que
hay otras decenas que no pillo y que podría ver en una segunda vuelta.
Ya
digo: a veces se desparrama, el humor surge abrupto y desencajado, a veces
viaja al extremo surrealista sólo por capricho. Esa historia del alienígena
está pasadísima de rosca. Pero aprecio esta serie. Es diferente a casi
cualquier otra cosa. Gran parte de la trama ocurre en el subconsciente de los
protagonistas, así que recuerda algo a Legion,
pero en el mundo de Black Mirror.
Aunque también puede recordarte a cosas tan dispares como Olvídate de mí o Paprika. Y tan pronto te encuentras
con un capítulo tipo Tarantino o uno Peter Jackson.
A
ratos extravagante, a ratos dramática, a ratos cómica. Desde luego provocará
diferencias de opinión. Y eso es bueno. Es un viaje por la vida con una
señorita Don Quijote (que no
lo ha leído porque sólo las personas sanas leen) y su compañero sanchopancesco,
una ruta inseparable del dolor, la
alegría, el amor, la frustración, los buenos momentos y los malos. Tal vez
tratando de ser, mañana, un poco más felices.
10
capítulos de duración variable (entre 25 y 45 minutos). Hay una escena más en
los créditos finales del último capítulo.
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