Aquí
va la nueva saga adolescente de un mundo distópico.
No
me gusta. Es demasiado quinceañera incluso para ser de quinceañeros. Quiero
decir que Los Juegos del Hambre
era para quinceañeros pero si tenías otra edad podías manejarte con ella. Mentes
poderosas tiene un espíritu excesivamente teen. Hasta los horrores musicales con que siembran la peli.
Durante
sus primeros compases apunta buenas maneras. Después las cosas se complican.
Porque pasan muchas cosas. Demasiadas y muy deprisa. Y van alternando una escena
de acción con otra escena abrupta romántica. O mejor dicho: cursi. Demasiado
cursi. Tanto que al final hasta la protagonista lo admite.
La
evidente voluntad de continuaciones no creo que sea recompensada. Las taquillas
tienen sus misterios y, vete tú a saber, igual triunfa. Pero su calidad es muy
flojita. Y, ojo, aunque el punto de partida me parece muy interesante no le doy
el aprobadillo.
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